GASTRONOMÍA

Bar Yebra.

Rutas Gastronómicas por los barrios de Sevilla: Macarena Norte – Avenida de la Cruz Roja.
Calle Medalla Milagrosa, 3. 41008 Sevilla.
Relación calidad-precio:

Presentación:

Cocina:

Servicio:

Tapa destacada: Pescaito frito.

Otras tapas: Mariscos, tortillita de camarones, jamón ibérico y pescados a la plancha.

Mala   Aceptable   Buena   Muy Buena   Excelente

 

Detrás de la Cruz Roja de Capuchinos, escondido en una calle alejada del turismo, se encuentra el Bar Yebra, sin duda alguna, uno de los bares más importantes del tapeo en Sevilla y nos atrevemos a decir de España. Al frente de ese templo gastronómico de Sevilla están los hijos de Florentino Yebra, restaurador desde 1951 y que inculcó en sus hijos, Manuel y Francisco Javier, el arte de la cocina con mayúsculas. Manuel en la barra y Francisco Javier en la cocina son el sostén de este imperio gozoso para los amantes del buen yantar y buen beber.

El Bar Yebra lleva abierto poco más de diez años en su actual emplazamiento, una calle secundaria de la zona norte de Sevilla a la que hay que desplazarse obligatoriamente en busca de uno de los grandes bares de tapas y raciones de la capital de Andalucía. El antiguo local, muy cerca del actual, no daba abasto y tuvieron que ampliar el negocio trasladándose a su actual emplazamiento en el número 3 de la calle Medalla Milagrosa, esquina con la Avenida de la Cruz Roja. En 1991, Francisco Javier Yebra salió de la escuela de hostelería de la Taberna del Alabardero y se hizo cargo de la cocina del actual Bar Yebra. Y ahí empezó todo.

Sus paredes están pintadas en suaves tonos pasteles y todo alrededor es una mezcla entre estanterías con botellas de vinos, pizarras a la antigua usanza donde se apunta con tiza las diferentes tapas y raciones del día y numerosos  artículos y recortes de periódicos de prácticamente toda España donde se hacen eco de las excelencias de este templo culinario de Sevilla. Algunos de esos artículos están realizados por prestigiosos gurmets, y algún que otro chef venido expresamente para comprobar «insitu» la calidad de la comida del Bar Yebra. Solo recitarlas el camarero y ya despierta el apetito porque antes nuestros ojos empiezan a salir de esa bulliciosa cocina algunas delicatessen que satisfacen el paladar más exigente: presa ibérica en salsa de Emilio Lustau, taquitos de buey a la mostaza antigua de York, solomillo al Oporto y las croquetas de cordero, Foie marino hecho con hígado de rape sobre fondo de tomates  con su emulsión, espiral de lenguado relleno de langostino en salsa de cava, arroz caldoso marinero hecho con rape, corvina y marisco, corvina en salsa de gambas, o el Lomo de Jabalí al Vino oloroso con taquitos de Jamón. Insuperables manjares.

La carta de tapas varía según la estación, y su base es conseguir los mejores ingredientes, como aceite de Baena, pescados de Huelva o carnes de caza de la sierra Norte de Sevilla. El local sigue siendo muy pequeño para la cantidad de clientes que acuden a diario y sus escasas mesas que se distribuyen en el comedor  y la reducida superficie de su atiborrada barra siempre están repletos de feligreses de este autentico monumento gastronómico que es el Bar Yebra.

Aunque la carta del Bar Yebra es impresionante, la estrechez del local, el hecho de no haber servicio de mesa, y la aglomeración humana que se forma a diario, hace que pueda resultar incómodo el tapeo, aunque afortunadamente, han abierto un salón-comedor anexo que soluciona en parte el problema. Pero a pesar de las estrecheces y de su precio, algo elevado a nuestro juicio, es imprescindible la visita. Como detalle curioso a la hora del tapeo y con el fin de que los clientes le saquen el máximo partido a su cocina, es costumbre muy bien aceptada por la clientela, el ofrecer un combinado de cuatro tapas distintas (dos de carne y dos pescados, habitualmente).

Y a modo de ejemplo vale esta maravillosa combinación que probamos en nuestra visita: Presa de Ibérico al Lustau, Crepe de Bacalao, Carrillera de Buey cocida con Rioja y Langostinos al Ali-oli. Extraordinarias. No vayan en horas punta porque será inútil. A pesar del esmero con el que el personal del Bar Yebra, hace su trabajo, es prácticamente imposible atender a tanta gente como suele diariamente acudir al Bar Yebra. Pero apúntenlo en su agenda es imprescindible su visita.

 

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