GASTRONOMÍA

Tapear y comer, en los pueblos de Sevilla: Santiponce.

Bodega Nicomedes. Avd Rocío Vega, 7.
Ventorrillo Canario. Avd Extremadura, 13.
Gran Venta Itálica. Avd Extremadura, 19.
Bodeguita Reyes. Francisco Moreno Velázquez, 34.
La Caseta de Antonio. Avd Extremadura, 10.
Taberna La Romana. Avd Extremadura, 39.
El Horno de Gregorio. Avd Extremadura, 69.
Pajartillo Bar. Plaza Pajartillo, 3.
Casa Ortega. Calle Pablo Iglesias, 3.
Peña Taurina «Sin prisas». Calle Silio, 20.

Mala   Aceptable   Buena   Muy Buena   Excelente

 

Roma en Sevilla, eso es Santiponce con su conjunto arqueológico de las «Ruinas Itálica», a tan sólo 7 Km. de la capital y a 18 metros de altitud sobre el nivel del mar. Sobre ésta ciudad romana (Itálica, la primera que los romanos fundaron fuera de la península italiana) fundada en el año 206 a.c. por el general Publio Cornelio Escipión «El africano», para atender a los soldados heridos en la batalla de Ilipa, se asienta desde el siglo XVII el actual pueblo de Santiponce. Ya que la primitiva villa nació a orillas del Guadalquivir, en un lugar denominado «Isla de Hierro» que fue sepultado el 20 de diciembre de 1603 por una de las frecuentes riadas del río.

Los vecinos supervivientes buscaron protección de los monjes del monasterio San Isidoro del Campo que les cedieron tierras mas altas, estas se encontraban sobre las ruinas de la ciudad romana Itálica, cuna del primer emperador oriundo de una provincia romana; Marco Ulpio Trajano. El primer asentamiento según Apiano es de fines del siglo III a. C. cuando al terminar la Segunda Guerra Púnica, el General Publio Cornelio Escipion apodado «el Africano» en el 206 a. C. tras la batalla contra los ejércitos cartagineses, de Ilipa Magna, funda un asentamiento para dejar a los veteranos (vicus civium romanorum) y a los heridos de guerra, llamándola Itálica en honor al lugar de origen de sus fundadores.

Durante el gobierno de Augusto, esta localidad fue creciendo, ganando prestigio y habitantes alcanzando el título de municipio, lo que le confirió la facultad de acuñar moneda, lo cual realiza desde el siglo 15 a.C. con monedas de bronce con el rostro de Augusto y de Tiberio posteriormente. A Santiponce conviene llegar muy tempranito, a las 9 de la mañana abre sus puertas el conjunto arqueológico de Itálica, visita obligada, entrar en su anfiteatro uno de los mayores del Imperio romano con capacidad para 25.000 personas, es algo que impone. Y posiblemente podamos recrear en nuestra mente, alguna de las escenas que gladiadores y fieras vivieron en sus arenas. Contemplar la «Casa de la Exedra», la de los «pájaros», la del «planetario», el templo a Trajano el «Traianeum» o las Termas mayores.

Sin duda, esto es pasear por Roma en Sevilla. Fueron ellos, los romanos, los que plantaron éstos campos de viñas, en la actualidad son pocas las cepas que quedan, aunque afortunadamente si ha permanecido la costumbre de beber el suave Mosto de ésta comarca aljarafeña. Por ello, después de deleitarnos con éstas antiguas y hermosas «piedras» como diría una vieja amiga mía, convine sosegar nuestro cuerpo y nuestra mente con un delicioso vasito de Mosto.

Precisamente muy cerca de Itálica y guiados por nuestro amigo Pepe Querencio, un poncino de pro, detenemos nuestros pasos en la Bodega Nicomedes, situada en la Avd. Rocío Vega para degustar el Mosto de sus barriles, eso si, traído de Umbrete de las Bodegas F. Salado acompañándolo de unas exquisitas «migas de la Abuela Ana» y unos deliciosos riñones al Jerez.Esto nos da fuerzas para dirigirnos  hacia otro de los lugares imprescindibles de nuestra visita; El Monasterio de San Isidoro del Campo, fundado en 1301 por D. Alfonso Pérez de Guzmán «El Bueno». El monasterio cisterciense mas meridional de toda Europa. Todo en él es armonía, equilibrio, belleza artística, pero sobre todo destaca el monumental retablo del «Lisipo andaluz» Juan Martínez Montañés.

Si nuestra visita a Santiponce coincide con los primeros días de diciembre, tendremos también la suerte de poder participar de su sugerente «Ruta de la Tapa». Una iniciativa para promocionar la gastronomía de la villa. Uno de los que participa en esa ruta es Bar Casa Valentín, fundada en 1928 donde podremos acompañar nuestro Mosto con unas sabrosas asaduras a la plancha o un rico menudo.Otro de los lugares que participa en ésta ruta es Bar Dimom con un amplio surtido de tapas, pero indudablemente destaca su solomillo a la pasa y sus patatas Bécquer, que hace un perfecto maridaje con el Mosto del Aljarafe.Y aunque el recorrido es amplio, no hay que olvidar el famoso Ventorrillo Canario, nosotros terminamos en Bodeguita Reyes, cuyo vasito de Mosto acompañamos de unos excelentes huevos de codorniz.

 

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