JAZZ

Fats Waller.

Nacido en el seno de una familia pobre, religiosa y numerosa, el padre de Fats Waller, (Nueva York, 21 de mayo de 1904 – Kansas City, 15 de diciembre, 1943), era predicador evangélico y su madre interprete de piano, y él fue criado entre cánticos, himnos religiosos, la lectura de la Biblia y lecciones de piano. A pesar de los intentos de su padre por alejarlo del jazz, a los quince años ya tocaba el órgano y el piano en un cine de Harlem para acompañar sonoramente las películas. Poco tiempo después, y tras ganar un concurso para pianistas noveles, conoció al gran James P. Johnson, principal representante por la época de la llamada escuela del «Harlem stride piano», que le ofreció su protección y lo acepto como discípulo.

Casado con apenas dieciocho años, ya a esa edad sabía todos los secretos del piano y obtuvo un contrato en el «Leroy’s», uno de los mejores clubes de Harlem. En 1924 se graban sus primeras canciones  a piano solo y logra su primera composición famosa: «Squezze Me». A partir del gran éxito que obtuvo, su reputación como inagotable, fecundo y magnifico compositor creció hasta ser una de las figuras mas brillantes del panorama musical de Harlem. En la segunda mitad de los años veinte, su actividad musical fue todavía mas intensa, primero en Chicago, donde tocó con la orquesta de Erskine Tate y luego en 1927 escribió la música para la revista musical «Keep Shufflin» donde actuaba a dúo con el gran James P. Johnson. Los organizadores de aquel espectáculo y dado el rotundo éxito le encargaron la música de otro show: «Hot Chocolates», en la que participaría, Louis Armstrong. Dos de aquellas canciones estaban destinadas a ser clásicos absolutos del jazz: «Black and Blue» y «Ain’t Misbehavin».

Con la llegada de la Depresión del 29, Fats Waller se marchó a Paris en compañía de su amigo, el compositor, Spencer Williams, para intentar mejorar sus ingresos pero tuvo que pedir dinero prestado para poder pagar su regreso a New York. Las cosas cambiaron casi milagrosamente a su vuelta, dado que le fue ofrecido la realización de una serie de programas de radio de cobertura nacional para la emisora WLW bajo el titulo de «Fats Waller’s Rhythm Club». Aquello fue el comienzo de su mas afortunado periodo y las grabaciones de discos, las actuaciones y los conciertos se sucedieron continuamente bajo el nombre de «Fats Waller and his Rhythm», generalmente un quinteto, que entre 1934 y 1943, grabó mas de cuatrocientos temas, en una fertilidad musical absolutamente maravillosa y única en el mundo del jazz. Durante esos extraordinarios años, Waller tocó en salas de concierto, en pequeños locales y tambien en espectáculos de variedades, como miembro de las orquestas de Don Donaldson o Charlie Turner, o rodeado de sus músicos preferidos, el saxofonista, Gene Sedric, el trompetista, Herman Autrey y el guitarrista, Al Casey.

El éxito lo condujo tambien a Hollywood donde participó en varias películas y en 1938 y 1939, a Europa, concretamente a Inglaterra y Escandinavia. En Londres, Fats Waller grabó una famosísima serie de espirituales al órgano para el sello «His Master’s Voice» y compuso en pocos días la «London Suite», que consta de seis movimientos dedicados a otros tantos barrios dela capital británica. El 14 de enero de 1942, el guitarrista, Eddie Condon, organizó un concierto en su honor, al que Waller se presentó vestido de frac, pero borracho como una cuba delante de tres mil personas. El concierto fue un desastre y fue el comienzo del fin. Los médicos le aconsejaron que dejara la bebida -siempre tenía en su piano mientras tocaba una botella de whisqi que ineludiblemente apuraba antes de finalizar su actuación- y se sometió  aun tratamiento de desintoxicación alcohólica que nunca llegó a funcionar.

En 1943 viajo a Hollywood para participar en la película «Stormy Weather», un musical interpretado solo por negros y producida por la 20Th Century Fox y dirigida por Andrew Stone. Junto a Waller, participaron, Benny Carter, Slam Stewart y Zutty Zingleton. Su papel fue un éxito y con el publico metido en el bolsillo se disponía a pasar las Navidades de ese año en su casa, pero tras un penoso viaje en tren al que se le estropeó la calefacción, una pulmonía acabó con su vida mientras dormía. Tenía tan solo 39 años, y había dejado escritas y grabadas mas de quinientas composiciones.

La herencia musical de Fats Waller es enorme. Compuso cientos de canciones, grabó innumerables discos, divirtió a millones de personas, introdujo el órgano en el jazz, y como pianista, logró conciliar factores opuestos: en su toque, musculoso y viril, su ritmo implacable y sus frases perfectamente definidas hay lugar tambien para la ternura, el sentimiento, la gracia y la delicadeza. Su influencia sobre otros pianistas es notable y muchas generaciones posteriores se basaron en su música para hacer jazz, entre ellos: Count Basie, Art Tatum, Mary Lou Williams, Joe Sullivan o Erroll Garner. América lo presentó siempre como un bufón y es cierto que tras esa mímica sarcástica, tras su gestualidad cómica y alma de clown, había un artista de extraordinario talento.

 

Instrumento:

Piano y Órgano

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