JAZZ

Disco del Mes-Junio 2020: «The Audience With Betty Carter», de Betty Carter.

A George Floyd, asesinado el 25 de mayo de 2020, por un policía blanco en Minneapolis. El enésimo crimen racista en los EE.UU de América.

betty carter audience 350«En realidad sólo existe una verdadera cantante de jazz, solo una, y se llama Betty Carter”. ….(Carmen McRae).

Cuando decidí que los discos que íbamos a recomendar en la sección de jazz de Apoloybaco en 2020 serían exclusivamente discos grabados en directo, nunca pensé lo que iba a pasar con motivo del Covid-19: músicos recluidos en sus casas, conciertos y festivales suspendidos, y la música en directo, como cualquier otra actividad cultural, en cuarentena.

Así que mientras llegamos a la normalidad, cosa que afortunadamente parece que ocurrirá muy pronto, al menos en España, os estamos proponiendo desde Apoloybaco algunos discos importantes, y poco conocidos, que os hará más llevadero la ausencia de música de jazz en directo.

Y en este mes de junio de 2020, os proponemos este doble álbum del concierto que la cantante Betty Carter, una mujer que defendió hasta el final de sus días las genuinas raíces del jazz, su origen afroamericano, y luchadora incansable por los derechos civiles de los negros en los EE.UU. ofreció en en directo desde el “Bradshaw’s Great American Music Hall”, de San Francisco, en California,

Aunque solo fuese por la primera canción de este maravilloso disco, ya merecería la pena recomendar este álbum, con toda seguridad, la mejor grabación de una de las cantantes de jazz mas infravaloradas de la historia del jazz. En efecto, la canción “Sounds (Movin ‘On)», tiene una duración de 25 minutos y presenta una de las mejores improvisaciones en modo “scat” —esa forma de vocalizar sin decir palabras, pero utilizando la voz como un instrumento—, de la historia del jazz vocal, y es sin duda, uno de los momentos absolutamente memorables de la historia del jazz vocal.

Lillie Ma Jones (Detroit 1929-New York 1998), el verdadero nombre de Betty Carter, creció en su ciudad natal cantando en clubes de mala reputación y vivió en primera persona la llegada del Bebop, el sonido nuevo que venía de la Costa Este de los EE. UU. Y en algunos de esos garitos tuvo la fortuna de conocer e incluso cantar delante de algunos de los “boppers” que visitaban la ciudad, entre ellos a dos de sus figuras más representativas, el trompetista Dizzy Gillespie, y el saxofonista alto, Charlie Parker. A lo largo de su vida se negó a sucumbir a los halagos de la música comercial y rechazaba con rotundidad las injerencias de los productores discográficos que intentaban forzarla para que su música fuese menos  comprometida con el jazz. Hasta tuvo que crear su propio sello discográfico para evitar el aislamiento al que fue sometida por la industria musical de la época.

Betty Carter fue una de las cantantes mas creativas que se adhirieron al movimiento “Bop” de Harlem, de hecho su apodo en aquella época era “Betty Bop”, y aunque sus comienzos como cantante fueron en la orquesta de Lionel Hampton en 1948, tres años más tarde, en 1951, abandonó la banda del vibrafonista, para iniciar en solitario su carrera de cantante. Los primeros años de su carrera  fueron extremadamente difíciles dado que las compañías discográficas querían encasillarla en un estilo más comercial, a lo que Betty Carter siempre se negó. Trabajar con la banda de Lionel Hampton le dio la oportunidad de ser compañera de pupitre con algunos de los mejores músicos de jazz de la época, como Charles Mingus, Wes Montgomery o Benny Bailey.

Después de dejar la Big Band de Hampton, Betty Carter residió en Nueva York durante la década de 1950, y en la Gran Manzana, tuvo la oportunidad de colaborar en la grabación de un par de discos interesantes con el cantante King Pleasure y el trío del pianista, Ray Bryant (1955).  En 1958 graba “Out There”, el primer disco a su nombre, un registro para el sello “Peacock”, que pasó desapercibido. En 1960 graba “The Modern Sounds of Betty Carter”, su primer gran trabajo, que sería premonitorio de su colaboración, al año siguiente, en 1961 graba con el cantante Ray Charles, el disco que la lanzó a la popularidad y la consolidó como una de las mejores voces jazzísticas del momento. El álbum se tituló “Ray Charles and Betty Carter”, y ambos discos se grabaron para el sello ABC-Paramount.

Ya había conseguido hacerse un hueco entra las grandes voces del jazz  y a partir de ahí su carrera fue imparable y meteórica. En 1965 graba para el sello “United Artist”, el álbum “Inside Betty Carter”, lo que podríamos calificar como el álbum fundacional de su heterodoxo estilo. Este álbum fue una verdadera soflama feminista y el tema “Girl Talk”, lo deja meridianamente claro. Betty Carter consigue con su manera de cantar, llegar mas allá del público de jazz, y sobrepasar las fronteras de su país, teniendo en Europa y Asia, especialmente en Japón una fiel audiencia que siempre le acompañó. En los años ochenta y con una justísima fama de cantante extraordinaria, era aceptada a ambos lados del Atlántico y en Japón era casi venerada. Su estilo, basado en la improvisación,  se convirtió en una seña de identidad de su música y era justamente muy valorada. Al frente de su trío grabó en sus últimos años grandes discos junto a los mejores instrumentistas del jazz.

betty carter american hall“The Audience with Betty Carter”, el disco que recomendamos en este mes de junio en la sección de jazz de Apoloybaco,  está considerada por todos los críticos y especialistas del mundo, como su gran obra maestra. Grabado en directo en 1979 en el «Great American Music Hall» de San Francisco, uno de los templos del jazz de la Costa Oeste norteamericana, y editado originariamente por el sello “Bet-Car”, fue editado en un doble álbum luego reeditado por el sello Verve. Ya en aquella época, Betty Carter siempre actuaba acompañada por su trío, una formación que utilizó y moldeó a su manera de forma continua y por el que pasaron algunos de los mejores jóvenes instrumentistas del momento. Su trío fue un vivero  para músicos talentosos y podemos citar entre otros a los pianistas Danny Mixon, John Hicks o Bennie Green; los contrabajistas Clint Houston y Curtis Lundy o los bateristas Kenny Washington y Lewis Nash.

Este doble álbum recoge íntegramente la actuación durante tres noches consecutivas del trio de Betty Carter en el “Bradshaw’s Great American Music Hall” de San Francisco, un coqueto y selecto teatro-auditorio que la revista “Rolling Stone” lo calificó como uno de los diez mejores locales de música de los Estados Unidos. En aquella ocasión el trío de Betty Carter estaba formado por: John Hicks (piano); Curtis Lundy (bajo), y Kenny Washington (batería). La mayoría de las canciones son composiciones propias de la cantante, y donde destacan, además de la ya comentada “Sounds (Movin ‘On)», con la que abre el disco, el tema que le dedica a la ciudad de San Francisco: “The Trolley Song» y una espectacular versión de «My Favorite Things” muy diferente de la que realizó John Coltrane en su álbum del mismo nombre de 1960. El disco termina con un precioso e íntimo tema titulado “Open the Door«, donde se manifiesta con rotundidad que Betty Carter manejeba bien cualquier «tempo» musical. Dos años después de esta grabación, Betty Carter volvió a repetir actuación en el Great American Music Hall, para junto con Carmen McRae, grabar un excelente disco a dúo.

Betty Carter fue una de las voces más importantes de la historia del jazz; improvisadora nata, enérgica en su timbre vocal y una de las mejores cantantes en el uso del scat, también era muy buena en las baladas y en los ritmos pausados. Su capacidad para usar la voz como un instrumento más del grupo, y su maestría para interactuar con los demás instrumentistas de su trío, le permitió formar parte de ese imaginario lugar en el cénit del jazz vocal. Otra cosa que hay que destacar de Betty Carter fue su talento para la composición, y aquí en este doble álbum se aprecia como en ningún otro de su carrera. Donde mejor se movía Betty Carter era en sus conciertos en directo; subida al escenario con el público a sus pies mostraba una inmensa vitalidad que además ella acentuaba con la coreografía.

Por el escenario del “Bradshaw’s Great American Music Hall”, de San Francisco, inaugurado en 1907 durante el periodo de reconstrucción que siguió al terremoto de 1906, han pasado algunos de los mejores músicos de jazz, y testigo de esos encuentros son una decena de discos grabados allí, destacando los de Carmen McRae en 1976; McCoy Tyner y Sonny Rollins, ambos en 1978; Herbie Mann en 1980 o el de Carla Bley en 1981.

El escenario del concierto, el “Bradshaw’s Great American Music Hall”, es conocido por su fachada “Art Deco”, su bella decoración interior, sus ostentosos balcones y palcos interiores, y por sus columnas y frescos que le asemejan más a un teatro operístico que a un escenario jazzístico. Con casi 500 localidades, la sala ha sabido resistir los embates urbanísticos y especulativos de la ciudad, y su mala fama —durante muchos años fue un prostíbulo de lujo—, casi acaba con su demolición. No fue hasta 1972 cuando definitivamente el local pasó a llamarse “Great American Music Hall”, y empezaron a actuar algunos de los mejores músicos y cantantes de jazz que pasaban por San Francisco, entre ellos: Cal Tjader, Sarah Vaughan, Marcel Marceau, Stan Getz, Mongo Santamaría, Dizzy Gillespie, Bill Evans, Jerry García, Joe Pass, Herbie Mann o Buddy Rich.

betty carterBetty Carter nunca deja indiferente al oyente y como suele pasar en algunas ocasiones, su estilo suscita al mismo tiempo rechazo y adhesiones de manera inquebrantable. Su estilo fue, durante toda su carrera, innegociable y fue en los años sesenta uno de los adalides mas representativos de la raíz afroamericana del jazz vocal. Betty Carter defendía visceralmente esa actitud de rechazo a la intromisión blanca en el mundo del jazz, y no dudó para reivindicarla, en fundar su propio sello discográfico: “Bet-Car Records”, donde grabó prácticamente la mayoría de sus álbumes. Ella representaba la posición mas innovadora de la historia del jazz vocal, vinculada casi permanentemente a la vanguardia jazzística y con una tendencia constante a la improvisación y a la transgresión de los límites armónicos y melódicos de las canciones.

En 1997, Betty Carter recibe la Medalla de las Artes, la más alta condecoración cultural de los EE.UU., un premio y un título creado en 1984 por el Congreso de los Estados Unidos con el propósito de honrar a artistas y filántropos. El premio fue recibido por Betty Carter de la propia mano del entonces Presidente norteamericano, Bill Clinton.

Betty Carter estuvo en España en dos ocasiones, la primera en julio de 1989 para actuar en la XIII Edición del Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz, y la segunda en 1993 donde participó en el Festival de Jazz de Madrid, y en el XIV Festival Internacional de Jazz  de Sevilla. Un festival, que comenzó a organizarlo el Colectivo de Divulgación Cultural «Freeway», y del que ahora se cumplen cuarenta años desde su primera edición en 1980. En aquellos conciertos de 1993 de Betty Carter en España, su trío estaba formado por: Gery Allen (piano), Dave Holland (contrabajo) y Jack DeJonette (batería).

Betty Carter murió el 26 de septiembre de 1998, y, aunque nunca gozó de la popularidad ni de la fama que tenían otras grandes voces del jazz como Ella Fitzgerald, Billie Holiday, Dinah Washington, Carmen McRae o Sarah Vaughan, su canto era la esencia misma del jazz. Su talento era imponente y su voz majestuosa. Es probable que habrá muchísimos aficionados al jazz que nunca hayan oído hablar de Betty Carter, y este disco que os recomendamos este mes de mayo de 2020, es una buena manera de acercarse a una de las grandes y desconocidas cantantes de la historia del jazz. Escuchen “The Audience With Betty Carter”, y les aseguro que se sorprenderán.

Cuidénse amigos.

LOS MÚSICOS LOS INSTRUMENTOS FICHA TÉCNICA
John Hicks. Piano. Sello discográfico: BET-CAR (VERVE)
Curtus Lundy. Bajo. Nº de serie: 835 684-2. (MP3)
Kennt Washington. Batería. Fecha de grabación: 6, 7 y 8 de diciembre de 1979.
Betty Carter. Voz, composición y líder. Lugar de grabación: Live at the Bradshaw’s Great American Music Hall. San Francisco.
Nº de temas: 15
Duración del disco: 01:31:20
Calificación: 4/*2 sobre 5.

 

Temas del disco

Duración de los temas

Sounds (Movin’ On). 25,22
I Think I Got It Now. 3,32
Caribbean Sun. 4,17
The Trolley Song. 3,37
Everything I Have Is Yours. 6,17
I’ll Buy You A Star. 2,14
I Could Write A Book. 3,47
Can’t We Talk It Over. 7,26
Either It’s Love Or It Isn’t. 3,18
Deep Night. 2,46
Spring Can Really Hang You Up The Most. 7,24
Tight. 3,43
Fake. 4,16
So…… 7,03
My Favourite Things. 4,50
Open The Door. 5,10

OTROS DISCOS RECOMENDADOS DE BETTY CARTER.

Ray Charles and Betty Carter

The Modern Sound of Betty Carter

«I’m Yours, You’re Mine»

Un álbum muy importante en la carrera discográfica de Ray Charles y Betty Carter. El encuentro entre cantante y pianista, dio como resultado un disco intenso y muy jazzistico. Ambos demostraron la suficiente empatía para lograr, dentro del alto nivel del álbum, conseguir una versión memorable del clásico «Alone Togheter». El disco está considerado uno de los grandes discos de jazz vocal.

Betty Carter tuvo la fortuna de cantar en sus inicios junto a Charlie Parker y Dizzy Guillespie y el bebop fue su escuela para siempre. Tras el exito de su grabación con el pianista Ray Charles, Betty Carter se mete en el estudio de grabación con la inspiración a tope y graba este descomunal album, lleno de vida y energía. Y ello sin renunciar a su peculiar estilo con el que siempre impregnó su canto.

El último álbum de la cantante Betty Carter. Se grabó en los estudios Power Station, de NY en dos sesiones de grabación realizadas el 14 y el 25 de enero de 1996, y ya muy enferma, falleció dos años después en febrero de 1998. A pesar del lastre de su enfermedad, Carter cerró su carerra a lo grande, dejándonos un gran disco que estuvo entre los 25 mejores discos del año en la lista Billboard Top Jazz Albums.

Betty-Carter
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