Apoloybaco, embotella para sus socios, el vino: «12 Añadas de Apoloybaco».

Nuestra web: www.apoloybaco.com, ha cumplido el 25 de Octubre de 2013, su XII aniversario en Internet. Creada en 2001, la web fue el germen y origen de nuestra asociación, y podemos sentirnos muy satisfechos de la evolución de nuestra página web, tanto por el hecho tangible de su crecimiento, como por ser el vínculo de unión y comunicación entre nuestros cerca de 1.400 socios.

Y como el 12 es un número mágico en la cultura mediterránea (los 12 meses del año, los 12 dioses del Olimpo, los 12 apóstoles, los 12 signos del Zodíaco), como mágica es nuestra combinación «apolobaquiana» de literatura, vinos, jazz y gastronomía.

Se nos ha ocurrido celebrar este duodécimo aniversario con la elaboración, en colaboración con las bodegas Colonias de Galeón de Cazalla de la Sierra (Sevilla), de un apoteósico, cautivador, excelso, iridiscente, filantrópico, mayestático, onírico, palpitante, pletórico, rutilante, seductor, trepidante – doce adjetivos- vino tinto, al que hemos bautizado con el nombre de «12 Añadas de Apoloybaco». El doce; símbolo del orden cósmico, de la perfección y de la unidad.

12 Añadas de Apoloybaco. 2012; es un vino elaborado con las variedades de Cabernet Sauvignon y Tempranillo, vendimiadas manualmente y en su momento optimo, de unas cepas cuya edad media son de 12 años, cultivadas mediante una agricultura ecológica, certificada por el CAAE. «12 Añadas de Apoloybaco. 2012»; es un vino tinto único y exclusivo de tirada limitada, con 12 meses en barrica de roble francés y americano, viníficado por separado y embotellado con corcho natural con certificación FSC (Forest Stewardship Council).

 

12 DE OCTUBRE DE 2013: EMBOTELLADO, TAPONADO, LACRADO Y EMPAQUETADO DEL VINO.

Preparativos en la Bodega Colonias de Galeón: Desembalando y ordenando las botellas de formato «Bordolesas». El amigo Vargas, maestro bodeguero enseña a los «operarios» de Apoloybaco el funcionamiento de la maquinaría.
12 Añadas de Apoloybaco, comienza a embotellarse, después de su crianza de 12 meses en barrica de roble francés y americano. El taponado de las botellas con corcho natural con certificación FSC (Forest Stewardship Council), de 44 mm. Un trabajo semi automático.
Un trabajo muy manual, pero bien organizado, casi en cadena. Hombre! llego el bodeguero el «jefe» Julián y nos coge, eso sí, en plena faena.
Otra etapa del proceso de trabajo: el lacrado de las botellas, artesano, artesano, mas artesano imposible. Je, y el etiquetado? una a una, seguro que encontráis algunas etiquetas algo desajustadas. Gajes de las manualidades.
Hay que hacer las cajas y etiquetarlas también. El vino se empaqueta horizontalmente, para que se transporte y se conserve sin perder cualidades. La robotización ya hace años que existe en nuestro País. Pero el Vino «12 Añadas de Apoloybaco» es auténticamente artesanal.
Por fin! el paletizado y listo para que nuestros socios y amigos puedan disfrutar de un vino único y exclusivo. Con la colaboración de Bodegas de Colonias de Galeón, helo aquí el tinto apolobaquiano

 

26 DE OCTUBRE DE 2013: «BAUTIZO» DEL VINO 12 AÑADAS DE APOLOYBACO.

 

Llegada a la bodega de un grupo de socias y socios colaboradores junto con la Junta Directiva. El amigo Luis, experto ya de jornadas anteriores en el lacrado de las botellas, enseñando a las socias colaboradoras.
En esto de la enología hay que empezar desde chiquitita. Las sabias manos del «chati» enseñando a una de las socias mas jóvenes y con vocación bodeguera: Olguita. Para que después digan que está asociación no es democrática y participativa, aquí «pringa» hasta el presidente.
No se sabe muy bien si Conchi está aplaudiendo o rezando para que no se le caiga la botella a Mª Angeles en su labor de etiquetado. Que arte, que maestría, Fernandito parece que ha estado toda su vida etiquetando. Y detrás: Chati, esta bien que enseñes, pero mi arma que corra el aire entre los dos.
Como no se ve muy bien, no sabemos si esta etiquetando o haciendo encajes de bolillos. La expectación, desde luego, es total. Trabajo en equipo de las dos Maricarmen. El embalado, señal de que estamos llegando al final.
Julián y Elena propietarios de la Bodega Colonias de Galeón, posando con algunos miembros de la Junta Directiva de Apoloybaco. Ya ha nacido «12 Añadas de Apoloybaco» y sus primeros padrinos le dan la bienvenida. Deseamos que tenga muchísimos padrinos mas.
Elena Vigueras, nos da la bienvenida a su casa donde se encuentra el viñedo, a las socias y socios que participamos en este primer «bautizo» del 12 Añadas de Apoloybaco. En un paraje rodeado de viñedos y de las uvas de esas cepas, de las variedades Cabernet Sauvignon y Tempranillo nace el vino tinto 12 Añadas de Apoloybaco.
Fernando Solis, responsable de gastronomía de Apoloybaco, en plena faena de su responsabilidad. Un momento de relax de algunas de nuestras socias antes de comenzar con el descorche del vino.
Llego el momento, el padrino, que no es otro que Baco, presenta a la criatura: rojiza, aromática y sabrosa: 12 Añadas de Apoloybaco. Bienvenido al recién nacido y bautizado caldo de los dioses, el Vino, para que despierte y haga disfrutar a nuestros sentidos.
Julián tiene el honor de descorchar la primera botella del 12 Añadas de Apoloybaco. Un vino con presente y futuro. No es una pintura colgada en la pared, es una genial foto de nuestro socio Juanma, realizada desde el interior de la casa; a los viñedos que la rodean.
En nuestro menú; un plato típico cazallero: los garbanzos con setas. Y antes una deliciosas migas con tos sus «avios». Una comida perfectamente maridada , buenas viandas con excelentes vinos y una gran dosis de amistad.
Muy importante, no podía faltar un paseo por el viñedo, sobre todo en esta época otoñal que es un auténtico lienzo de colores y matices. El viñedo de Colonias de Galeón, cuna de nuestro vino, es un viñedo sano, ecológico, se encuentran a una altitud de unos 700 m.
El viñedo se expande por suaves laderas con una pendiente media de 20% y en un suelo de textura franco arenosa, pobres en materia orgánica con un fondo de piedra pizarrosa. Un bautizo digno de un vino de dioses para ser disfrutado por los humanos. Sólo nos queda desearle corta vida y brindar con él por las cosas buenas que tienen que venir.
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