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Bodegas Viña Santa Marina

 

 

BODEGAS VIÑA SANTA MARINA 

 

Proserpina, era descrita como una joven sumamente encantadora, hija de Júpiter y Ceres (diosa de la agricultura y de la Tierra), fue raptada por Plutón para ser desposada y vivir juntos en el Hades, el inframundo grecorromano. Su madre la buscó en vano por todos los rincones del mundo y en su desesperación detuvo el crecimiento de los frutos y la vegetación de la Tierra. Júpiter obligó entonces a Plutón a liberar a Proserpina y esté lo hizo con la condición de que comiera semillas de granada (símbolo de fidelidad matrimonial) para que viviese con él seis meses y el resto con su madre.
Proserpina está vinculada al mito de la Primavera y como tal deidad fue venerada -como así consta en la inscripción (dea Ataecina turobrigensis Proserpina) hallada cerca del embalse que lleva su nombre -por los soldados eméritos de las legiones: Legio V Alaudae y Legio X Gemina que en el año 25 a.c. fundaron la ciudad de Emerita Augusta (Mérida). Cuyas tierras sembraron de vides para elaborar vinos que alcanzaron gran prestigio en la capital del Imperio. En estos campos tan romanos se encuentra hoy, una imperial bodega: Viña Santa Marina.


Viña Santa Marina es una bodega moderna fundada en 1999 por dos apasionados de las viñas y el vino; Álvaro de Alvear y Yolanda Piñero. Situada a los pies de la Sierra de Lamoneda, muy próxima a Mérida y en cuya finca se ha encontrado restos de un lagar perteneciente a una antigua villa romana, que ha servido para labrarse su propia leyenda, pues este lagar pudo pertenecer al famoso general Hispánicus, inmortalizado en la película «Gladiator».


Viña Santa Marina, cuenta con una arquitectura que se asemeja al cortijo extremeño, rodeada de 61 hectáreas de viñedo muy saludable y vigoroso, de diferentes variedades (Cabernet Sauvignon, Syrah, Petit Verdot, Merlot, Cabernet Franc y la autóctona uva blanca Montúa), cultivados con mucho mimo y esmero a la sombra de esa mole granítica de la Sierra Lamoneda en cuyas laderas crece un espeso bosque de encinas, alcornocales, acebuches, jaras, romero y brezos, entre otros, que aportan balsámicos aromas a sus vinos. Y un entorno de una gran belleza paisajística.  Viñedo, sembrado en espaldera, donde se aplican las técnicas mas avanzadas en viticultura, con exhaustivos controles de calidad, sabedores de que en la cepa se encuentra gran parte del secreto de los buenos vinos, resaltando las características propias del terreno, para lograr unos caldos elegantes, sin perder el tradicional carácter comarcal y sobre todo con cuerpo y alma de la tierra extremaña. Y todo ello sin perder de vista la necesaria y continua investigación y experimentación que requiera toda bodega con proyección de futuro, como la de Viña Santa Marina.


El interior de la bodega cuenta con equipos y maquinarias de alta tecnología (depósitos de acero inoxidable, prensas neumáticas, un completo laboratorio), es una bodega racional y muy funcional, donde se diferencian claramente los espacios, el lagar, la zona de vinificación, el almacenamiento y un semisótano abovedado donde reposan las barricas, mayormente de roble francés, adquiridas a los mejores toneleros (Saury, Radoux) y de roble americano.


Viña Santa Marina; apuesta también por el enoturismo, una práctica muy saludable  y enriquecedora. Un medio mas de acercar la cultura del vino a todos los aficionados y amantes del mismo. Y para ello cuenta con amplios salones para diferentes eventos y conferencias, así como salas mas reducidas, intimas y agradables para reuniones y presentaciones, entre ellas una coqueta y confortable sala de degustaciones.
Pero sobre todo Viña Santa Marina cuenta con un equipo humano, bien preparado, de gran profesionalidad, comprometidos con la viña y el vino, donde las mujeres tiene un gran protagonismo, tanto en sus tareas manuales, como de gestión y dirección de la misma. Apoloybaco visitó esta singular bodega de la mano y de las eruditas explicaciones de Ana Ramos. Sin duda alguna, algo muy recomendable a todos los curiosos y aficionados al vino.


Viña Santa Marina. Cabernet Sauvignon y Syrah; Envejecido durante 5 meses en barricas de roble francés (Allier) con toques de roble americano. Su autor lo describe como un vino de color rojo picota oscuro, profundo, brillante, limpio, en la nariz recuerdos de frutas negras, de especias, con matices tostados, en la boca vuelve a repetirse la explosión de aromas con un paso denso y suave.
Viña Santa Marina. Tempranillo: Elaborado con Tempranillo y otras variedades de viñedos viejos, criado en barricas nuevas de roble francés con toques de roble americano. Su autor lo describe como un vino de color rojo picota, alegre y brillante con aromas de frutas, dulces maderas y un toque tostado, dejando a su paso en la boca suaves y delicadas sensaciones. Altara: vino blanco de las variedades Montúa, Pardina y Cayetana. Su autor así lo describe: amarillo paja muy pálido, aromas con carácter que hacen muy original y expresiva su nariz, en boca, equilibrado, fresco y delicado.


Equus: Elaborado con una cuidada selección de uvas de viñedos viejos de Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Syrah, vendimiadas a mano. Su autor lo describe como un vino vivo, brillante, con impetuosas frutas, de rica textura y un sutil recuerdo final de vainilla y torrefactos.
Miraculus: Obtenido de las variedades Cabernet Franc, Petit Verdot, Merlot, Cabernet Sauvignon, Syrah, con una crianza de 12 meses en barrica de roble francés y más de 12 meses en botella. Su autor lo describe como un vino de raza, de color rojo rubí, aromas de fruta madura, ciruelas, moras y nueces sobre un fondo de madera tostadas, en boca es amplio, estructurado y de largo final.
Celtus: Es un claro ejemplo de un buen Tempranillo de la región extremeña, de color rojo cereza con irisaciones violetas, limpio y brillante, con aromas de variedad, frutos pequeños silvestres, joven, rotundo, equilibrado con un amplio y agradable final en boca.


Torremayor. Crianza: Elaborado con uvas de viñedos viejos de la variedad Tempranillo. Su autor así lo describe: La cadencia de su caída en la copa nos habla de su armonioso cuerpo. Oscuros matices morados sobre un rojo picota muestran su cuidada elaboración y lenta evolución tras 7 meses de crianza en barricas de roble francés y de roble americano. Combinan aromas de variedad, fermentación y crianza. Suave su entrada en la boca para después expresar su rica textura con exuberancia y de nuevo vuelven aromas de bayas, de dulces y tostadas maderas.
Torremayor. Reserva: Elaborado como monovarietal de Tempranillo, las uvas fueron seleccionadas y vendimiadas a mano. Tras una larga maceración se sometió a una crianza en barricas de roble francés durante 14 meses completada con más de un año de reposo en botella. Su autor lo describe como un vino que expresa todo el carácter de la variedad, de color rojo picota bien cubierto, muy expresivo, con notas de frutas, cuero, café, un vino largo y bien constituido.


DIRECCIÓN
Ctra. N-630, km. 634 – Apdo. 714 – 06800 – Mérida (Badajoz)

Tel: 902 506 364. Fax: 924 027 675

E-mail: bodega@vsantamarina.com

Web: www.vsantamarina.com

 

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