Apoloybaco, en la Conferencia-Cata de Olivares, sobre «El Vino de la Sierra Norte en el Barroco».

Dentro de la XIII edición de «Olivares Barroco» se ha desarrollado en la Sala Capitular del ayuntamiento de dicha localidad del Aljarafe sevillano, una conferencia – cata sobre «La Importancia de los vinos de la Sierra Norte en el Barroco», la misma ha corrido a cargo de la Asociación de productores de vinos y licores de la provincia de Sevilla, con la colaboración también de la Asociación Apoloybaco.

El Barroco fue un período de la historia en la cultura occidental, que produjo obras en numerosos campos artísticos: literatura, arquitectura, escultura, pintura, música, ópera, danza, teatro, etc. En España abarcó el espacio político gobernado por los Austrias menores -Felipe III, Felipe IV y Carlos II – y el primer Borbón -Felipe V.

El proyecto Olivares Barroco ha conseguido consolidar una iniciativa de promoción turística sobre la base prioritaria de la Participación Ciudadana. Las diferentes ediciones de Olivares Barroco han sido un referente provincial de Difusión del Turísmo Cultural centrado en torno a la riqueza del Siglo de Oro Español, el Siglo XVII.

Es difícil conocer que tipos de vinos se realizaban y sobre todo cuales eran sus características organolépticas, es decir sus aromas y sabores, en la Sierra Norte en los siglos XVII y XVIII. Los conocemos solo y exclusivamente por la literatura de la época, que por cierto fue muy prolija y de una calidad extraordinaria. Vinos que desde luego eran consumidos tanto por el pueblo llano como por la nobleza, alcanzando una merecida fama, recogida por nuestros clásicos (Cervantes, Lope de Vega, etc.).

Así en uno de los Sonetos de Lope de Vega: «Vino aromatizado que sin pena beberse puede, siendo de Cazalla, y que ningún cristiano lo condena». O en libros como «Rinconte y Cortadillo» de nuestro universal Miguel de Cervantes, que debió ser un excelente catador por la profusión de vinos que conocía, citar en muchos pasajes de sus obras a Guadalcanal, Alanís y Cazalla: «lo trasegó del corcho al estómago y acabó diciendo: «De Guadalcanal es, y aún tiene un es no es de yeso el señorico».

Cervantes, al pasar a vivir la vida del espíritu, ese sueño que dura toda una eternidad, ciñe la corona de laurel de la inmortalidad, Por ello, la fama de los vinos de la Sierra Norte sevillana perdurará a través de las edades en esas páginas gloriosas, donde palpita el alma de la humanidad.

 

Julián Navarro (asociación de vinos y licores de Sevilla) y Vicente Sanchis (asociación Apoloybaco), presentaron para su cata, 4 vinos de la Sierra Norte. Un público muy interesado en los contenidos de la conferencia y en las características organoléptica de los vinos catados.
Un «mosto» de la bodega El Duende, de Cazalla de la Sierra. Un tinto de Alanis: Tierra Savia de la bodega del mismo nombre; Tintorera, el vino tinto de la bodega La Margarita de Constantina. Y Silente, un tinto de Bodegas Colonias de Galeón de Cazalla de la Sierra. La tradición vitivinícola de la Sierra Norte de Sevilla, le viene  de lejos, aunque serán los siglos XVI, XVII y parte del XVIII uno de sus momentos más esplendorosos en su producción vitivinícola, cuando sus vinos eran exportados a las Américas. Conferencia muy ilustrativa.
Olivares Barroco, una propuesta cultural y lúdica con identidad propia y una alta calidad en su programación, consolidada en torno a Seminarios técnicos, conferencias, conciertos, teatro del siglo. En un marco incomparable, como la Casa Palacio del Conde Duque de Olivares, actual sede del Ayuntamiento, se celebran los actos centrales de la edición de Olivares barroco.
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