JAZZ

Manuel Manosalbas Gallardo.

A mediados de los años treinta del siglo XX, comienzan a surgir por diversas ciudades españolas, Hot Jazz Clubes al estilo de los que se habían desarrollado en Francia y, con ellos, llegaron también los coleccionistas de discos de jazz, las tiendas especializadas, las salas de conciertos, las actividades musicales en torno al jazz y la visita a nuestro país de otras formaciones jazzísticas de prestigio, como la que realizó la “Willie Lewis and his Entertainers”, un magnífico grupo de jazz que contaba con músicos del prestigio de Adelaide Hall, George Johnson o el maestro de la trompeta y coetáneo de Louis Armstrong, Bill Coleman, quién muchos años después, en la primavera de 1964, visitaría Sevilla por Semana Santa, y parece ser que fue invitado a tocar en el recién inaugurado Jazz Club de Sevilla, abierto el 27 de marzo de aquel año. Coleman trabó amistad personal con Manuel Manosalbas Gallardo, por aquel entonces, Presidente del Hot Jazz Club de Sevilla y personaje clave en la historia del jazz en Sevilla en los años sesenta y setenta del pasado siglo XX.

manosalvas-gallardoFue en 1959, cuando en Sevilla comenzó a fraguar la idea de crear un club de jazz a imagen y semejanza de los ya existentes en Madrid y Barcelona. A eso ayudó, sin duda, la visita que hizo ese año a la capital andaluza el combo del “Jubilee Jazz Club”, de Barcelona, con Tete Montoliu al frente de la misma. Tete Montoliu, actuó en la Residencia Universitaria de San Hermenegildo de Sevilla (ver recorte de prensa) en un concierto organizado por el Sindicato Español Universitario (SEU). Entre los asistentes a dicho concierto, estarían probablemente, algunos de los protagonistas, que años después, en 1964, fundaron el Hot Jazz Club de Sevilla, bajo el nombre de “Jazz Club de Sevilla”, nomenclatura obligada por ley, ya que desde 1941, el régimen franquista impuso que todas las sociedades españolas, mercantiles, y asociaciones culturales, deportivas o sin ánimo de lucro, cambiaran su nombre original, sustituyendo los “extranjerismos” por su traducción al idioma españo.

Está documentada también por aquellos años sesenta, la presencia en Sevilla de varias orquestas de variopinto nivel musical que se “colaban” por los entresijos de cualquier programación en algunos locales de Sevilla de la época (Cinema Osario, Club 400 del Pasaje Mallol, etc.), y algún que otro jazzman de importancia que de manera esporádica, y casi siempre de paso a sus habituales circuitos en Madrid o Barcelona, actuaron en la capital andaluza en esos años previos a la fundación del Jazz Club de Sevilla.

En la primavera de 1964, concretamente, el 27 de marzo, y en un angosto y oscuro callejón de la calle Francos, (Fuente: ABC de Sevilla, 27/03/1965, Pag 52, anuncio del concierto del 1º aniversario Club de Jazz de Sevilla), abrió sus puertas por primera vez el Hot Jazz Club de Sevilla, o Jazz Club de Sevilla, como fue su verdadero nombre a partir de entonces. Tres nombres propios, principalmente, fueron sus impulsores: Manuel Manosalbas Gallardo, su mentor y primer Presidente, Alfonso Eduardo Pérez Orozco, un gran periodista, apasionado del flamenco y del jazz, —en la foto de la izquierda, tomada en 2010—, y Francisco Montes González. Sus nombres van indisolublemente ligados desde entonces a la historia del jazz en la capital andaluza.

En los primeros meses de actividad del club, llego a tocar en su escenario, el trompetista Bill Coleman, de visita en Sevilla por Semana Santa, y a la sazón, amigo personal de Manuel Manosalbas, y fervoroso enamorado de la ciudad. A Coleman, las trompetas y tambores de la Semana Santa de Sevilla, le inspiraron de tal modo, que hubo que abrirle el club de jazz para que, con otros músicos de la base americana, realizaran una jam sessions memorable, según nos cuenta Alfonso Eduardo Pérez Orozco en su artículo para la revista “Cuadernos Gitanos”, titulado: “El Jazz y el Flamenco (que ni sí, ni que no)”. En relación con la fusión entre el jazz y el flamenco, ya años antes, entre noviembre de 1959 y marzo de 1960, el trompetista Miles Davis ya había grabado en un estudio de New York, el álbum “Sketches of Spain”, uno de cuyos temas tenía por título “Saeta”, otro gran homenaje a los sonidos de la Semana Santa española y sevillana.

jazz-semilla-apoloybacoSería no obstante, en mayo de 1964, y tal como lo documenta Antonio Torres Olivera, en su libro “Jazz en Sevilla” 1970-1995. Ensoñaciones de una época”, cuando tuvo lugar lo que sería la presentación oficial del Jazz Club de Sevilla, en la que su presidente, Manuel Manosalbas Gallardo, anunciaba sus primeras actividades oficiales con la celebración de una conferencia en el Salón de Actos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Sevilla, organizado por el departamento de Actividades Culturales de la Facultad y con la colaboración de la Cátedra, Cristóbal de Morales y un concierto de jazz en el Instituto Murillo a cargo del pianista y cantante, Curtis Jones, que se convirtió de esa manera, en el primer músico norteamericano de jazz en tocar en el Jazz Club de Sevilla. El 10 de noviembre de 1964, también está documentada —ver reseña a la derecha del diario ABC de Sevilla con fecha 8 de noviembre de 1964—, la celebración del 1º Ciclo Universitario de Jazz, que organizó el Jazz Club de Sevilla junto al Departamento Cultural del Distrito Universitario de Sevilla, probablemente, la primera actividad jazzística que de forma oficial se realizó en la universidad sevillana en torno al jazz.

No hay muchos más rastros de las actividades del Jazz Club de Sevilla, ni tampoco se sabe a ciencia cierta, cuando finalizó sus actividades, aunque es seguro que a principios de 1970 todavía seguía funcionando, como demuestra la reseña de ABC del viernes 23 de enero de ese año, —a la izquierda—, dando cuenta de una conferencia del Presidente del Jazz Club de Sevilla, Manuel Manosalbas en el Colegio Mayor Guadaira de Sevilla. Incluso en el libro ya reseñado de Antonio Torres Olivera, hay una fotografía de un carnet de socio del Jazz Club de Sevilla, a nombre de Antonio Lora Martínez, uno de los fundadores del Colectivo de Divulgación Cultural Jazz-Freeway de Sevilla, fechado en 1980. Es la última información que poseemos de aquella época, y solo queda vagamente en la memoria de algunos testigos que llegaron a conocer el club abierto, que el publico que solía frecuentar el club, era una combinación entre entusiastas aficionados locales y marines norteamericanos, de entre los cuales, algún que otro espontáneo, se subía al escenario para regocijo de los asistentes. Incluso es difícil precisar el sitio exacto donde estuvo el Hot Jazz Club de Sevilla. No hay testimonio vivo de aquel local ni nada que pueda ayudar a visualizarlo, pero sí está constatada y documentada una muy importante actividad musical y cultural que llegó a situar al Jazz Club de Sevilla, entre los más importantes de España de su época.

jazz-semilla-apoloybacoLa labor de Manuel Manosalbas Gallardo al frente del Jazz Club de Sevilla, fue clave para el posterior desarrollo del jazz en la capital andaluza. Al tiempo que presidía el club de jazz y ejercía sus actividades profesionales en la medicina, también dirigía un programa de radio dedicado al jazz en el Centro Emisor del Sur de Radio Nacional de España en Sevilla; el programa se llamaba «Jazz Panorama» y se emitía de lunes a viernes. Poco después, Manuel Manosalbas se incorporó a la programación de la extinta Radio Vida, la radio fundada por los Jesuitas de la calle Trajano, para dirigir el programa: «Esto es Jazz». Por aquella época Manuel Manosalbas conocio a otros aficionados al jazz que fueron poco a poco incorporandose a la dirección del Jazz Club de Sevilla; hablamos, además de los ya citados anteriormente, Alfonso Eduardo Pérez Orozco, (el periodista que confió en Juan Carlos Cifuentes «Cifu» para darle la corresponsalía en Madrid del programa “Esto es Jazz”)  y Paco Montes, en aquellos años de radio y jazz de Manuel Ramos, Alfredo Fernández Escalera, Manuel González y José Antonio Garmendia. Este último, personaje popular y polifacético en la Sevilla de finales del siglo XX, y que fue, parece ser, el autor que diseñó el escudo del club de jazz, cuyo logo, en forma de banderín, me fue cedido gentilmente por uno de los hijos del Doctor Manosalbas, su hijo, Manuel Manosalbas González (foto de la derecha).

Manosalbas era médico y hacia audiciones de jazz en el Colegio de Médicos de Sevilla, también en Juventudes Musicales y en el sótano del Centro de Estudios Hispanoamericanos. En este sótano estaba la sede del Club La Rábida, que era el centro de la intelectualidad progre de los sesenta en Sevilla. Allí se escuchaba jazz y de ahí salió el Hot Club.

Manosalbas tenía relación con el Hot Club de Francia y con la gente de la revista «Jazz Magazine» de París. Por mediación de ellos trajeron a Bill Coleman a la Semana Santa de 1963 y organizaron un concierto en la ciudad. Al poco se inauguró el Hot Club, en abril de aquél año. Se organizó un concierto de piano, con Curtis Fuller, que vivía en Alemania, y una conferencia. No hay un solo documento que pruebe que dentro del club se hicieran conciertos, aunque en una reciente foto, (izquierda), aparece Manuel Manosalbas en el piso que estaba el club, y detrás suyo, había un piano, y algunos instrumentos, aunque lo más probable fuese que sólo se hicieran audiciones. Manosalbas también hizo en la Universidad de Sevilla varias audiciones y organizó conciertos. Es posible que con gente de las bases de Morón o Rota.

La fundación del Hot Jazz Club de Sevilla tuvo más resonancia fuera de España que en nuestro propio país. Si para la los medios de comunicación franquistas el jazz era, primero una música a combatir, y luego una música a ignorar, era lógico que aquel local diera sus primeros pasos casi clandestinamente y sólo la relevancia del jazz como estilo musical imperante en la primera mitad del siglo XX en Norteamérica y Europa, hizo que fuera posible que la noticia de la fundación del Hot Jazz Club de Sevilla saliera publicado en las prestigiosas revistas “Jazz Magazine” de Paris y “Down Beat”, de New York, o que el mismísimo historiador y crítico de jazz, Leonard Feather (el mismo que dejó escrito en su célebre Enciclopedia de Jazz, que España es un desierto para el jazz) escribiera una carta que tuvo como destinatario a aquellos jóvenes muchachos que en plena dictadura franquista se atrevieron a abrir en Sevilla, un club de jazz.

Cuentan las lenguas antiguas, que aquél sitio, recogía cada noche a los pocos noctámbulos que en plena dictadura franquista se atrevían a salir a la calle. Aquél club escondido en un callejón – es curioso observar la permanente relación del jazz con los callejones – fue el embrión de lo que vendría años más tarde. La música de jazz evolucionó por derroteros distintos a la música que sonaba en el Hot Jazz Club de Sevilla, anclado en la tradición más ortodoxa, y ya restaurada la democracia en España, otro grupo de jóvenes puso las bases para traer a Sevilla los nuevos sonidos del jazz que triunfaban en los clubes de jazz de Harlem en New York desde la segunda mitad el siglo XX. Llegaba el jazz moderno y con él, la música Bebop de Charlie Parker, Dizzy Gillespie y Thelonious Monk, entre otros, y el Colectivo de Divulgación Cultural “Jazz-Freeway”, —sus componentes en la fotografía de la izquierda—, del que hablaremos en el próximo capitulo de esta breve y resumida historia del jazz en Sevilla, se iba a encargar de que los escucháramos.

El Doctor Manuel Manosalbas Gallardo, falleció el 9 de junio de 1990, el Jazz Club de Sevilla que él fundó, junto con los primeros programas de radio que el dirigia desde RNE y Radio Vida, perviven en la memoria colectiva de los aficionados al jazz en Sevilla, y todavía hoy, ya en las primeras décadas del siglo XXI, es reconocido su esfuerzo y su empeño, en una época muy dificil para la música negra, para que la música de jazz sonara en directo a la sombra de la Giralda. A su memoria, y a la de todos cuanto hicieron posible que el jazz en Sevilla sobreviviera en la capital de Andalucía, le dedicamos este capitulo de nuestra web.

 

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