Las pinturas mas antiguas, de las que tengamos constancia actualmente, se encuentran el la cueva de Maltravieso (Cáceres). Se han datado en 66.700 años de antigüedad, y sus creadores, todo apunta a que fueron los homínidos denominados neandertales.
Desde entonces el ser humano no ha dejado de plasmar su creatividad pictórica, en diferentes tipos de superficies – paredes de cuevas, una hoja de papel, un lienzo, un muro, una madera, fragmento de tejido, etc. Creatividad que se cruzo con el mundo de los vinos al final del denominado neolítico y principios de la Época Antigua.
Foto: Pintura de manos. Cueva Maltravieso (Cáceres)
La pintura es una de las siete bellas artes y una de las formas de expresión más antigua de la humanidad. Para los primeros seres humanos la pintura resultó una expresión del pensamiento simbólico que surgió mucho antes de la invención de la escritura. Y Comprende una diversidad de géneros, como el retrato, el desnudo, la naturaleza muerta, la mitología, la pintura paisajística, entre otros. y se manifiesta en la diversidad de corrientes y movimientos artísticos, como en el clásico, el románico, el gótico, el renacentista, el barroco, el realismo, el expresionismo, el cubismo, el impresionismo, el modernismo el fauvismo, el surrealismo, el Pop Art.
Toda la sección de Vinos y Enología de Apoloybaco, desde sus comienzos hace ya mas de dos décadas, ha unido, o por lo menos lo ha intentado, los vinos con el arte y muy especialmente con la pintura. Sin duda, es en la pintura donde mas se manifiesta la representación del mundo de los vinos, tanto en la mitología ( Baco y Dionisio, Ariadne, ménades y sátiros…), como en la religión (Borrachera de Noé, bodas de Canaá, Santa cena…). Así como en la representación de las actividades mas cotidianas, que realiza el hombre y la mujer vinculado al vino, su elaboración y consumo ( campos de viñas, vendimias, lagares y actividades bodegueras, comercialización y consumo del mismo en fiestas, comidas, etc.).
Foto: «Bebiendo vino» de José Luis Mancera. Cuadro que ilustra el apartado de Catas en Apoloybaco.
Está línea seguida por la sección de vinos de Apoloybaco, se debe fundamentalmente al afán de equiparar y defender que la elaboración del vino es también un «arte», entre otros, como lo es la pintura, eso sí, salvando las lógicas diferencias. Pero sin duda vino y pintura tienen un atractivo algo mágico, algo misterioso.
Eso debieron pensar también los antiguos egipcios cuando plasmar en el interior de una tumba la pintura que describía desde el principio al final la elaboración del vino, hace la friolera cantidad de 3.500 años, es porque tendría algo misterioso. Es cuando menos significativo tanto el contenido de esta pintura, como su lugar, pues no es solo una representación de unas actividades, mas o menos cotidianas, sino también la elevación de estas actividades terrenales al mundo de los muertos.
Las pinturas egipcias aparecen sobre todo en tumbas de reyes, reinas y nobles. Así aparte de los aspectos simbólicos que pudieran significar, también son pinturas representativas, son pinturas naturalistas y pinturas muy realistas, aunque con formas estilizadas y simplificadas, de figuras planas y con mucho hieratismo, es decir solemnidad y falta de expresividad.
Foto: pintura hallada en la tumba TT 261 de Khaemwaset en Tebas.
El arte egipcio tuvo un carácter mágico y simbólico, mostrando en la mayoría de los casos las posesiones del difunto para la eternidad. Como la descripción pictórica de todo el proceso productivo para la obtención del vino (el trabajo en la viña, la pisada de la uva en el lagar, las tareas de bodega, su distribución y comercio).
Reflejan no solo el hecho material de la elaboración del vino, sino también la importancia del mismo y su consumo, principalmente por las clases sociales mas poderosas. El hecho de su presencia en las tumbas de estos nobles, ya que los antiguos egipcios creían en la existencia de otra vida en el mas allá, es también para recordarle al difunto las bondades de esta bebida. así como que la pueda disfrutar en ese inframundo.
Un salto conceptual del uso del vino se va a producir del Antiguo Egipto a la Gracia Clásica; de las tumbas a los simposios o sympósion, que se traduce por «banquete» y significa propiamente «reunión de bebedores». Ciertamente estos simposios eran celebrados por las clases mas pudientes de la sociedad griega, entre otras razones porque tenían un determinado coste que solo podían cubrir dichos sectores de la sociedad.
Foto: Simposium griego
Simposios que estaban, dirigidos, en cuanto al vino se refiere, por un simposiarca , cuya función principal consistía en fijar las proporciones de la mezcla del agua y el vino en la crátera y decidir cuántas copas debía vaciar cada invitado, porque no olvidemos, el vino de aquella época era difícil de beber directamente, seguramente por su extrema acidez y astringencia, algo que nunca podremos averiguar, pero si sabemos, por la literatura, que los vinos se mezclaban con agua o se maceraban con yerbas aromáticas antes de ser bebido. Por ello las escenas que mas se reflejan en la pintura de la Antigua Grecia eran precisamente esos simposios, junto también con la representación de dioses y diosas relacionados con el vino, como Dionisio y Ariadne.
La vid tenía una gran carga simbólica en el próximo Oriente y posteriormente en Grecia y Roma. Era símbolo de fertilidad y riqueza, por ello su consumo era algo ritualizado. Estas características también fueron trasmitidas a las sociedades del mediterráneo occidental colonizadas por fenicios, púnicos y griegos. el consumo del vino era patrimonio de las capas dirigentes, el vino era un bien de lujo y por tanto de prestigio social, era una bebida “elitista”.
Asimismo el soporte mas utilizado para estas pinturas eran los vasos y cráteras, es decir las vasijas cerámicas, muchas de ellas estaban relacionadas con el vino, como las ánforas, los escifos, los oenochoes y las ya mencionadas cráteras. Otros soportes de pinturas, como los frescos por ejemplo, han llegado a nuestros días muy escasamente. De cualquier forma, en la Grecia antigua, cuya pintura respondía también a otros cánones, con un mayor concepto de proporcionalidad y realidad, donde el cuerpo humano es el fundamento de la belleza, «antropocentrismo», cánones que determinaron los inicios de la llamada época clásica del arte, también se reflejaron la importancia y valor del vino.
Foto: Vasija con representación pictórica de Dyonisos y Ariadne
La Antigua Roma, se convertirá en la heredera de la cultura y parte de las costumbres de la Gracia clásica y helenística. Aunque el vino, tanto su consumo como su elaboración, lo conocieron gracias a los fenicios y etruscos, el arte romano fue una trasposición de las medidas, los métodos y cánones del arte griego, ya que desde la época de César llegaron pinturas griegas que se arrancaban de las paredes y se llevaban a Roma. Al igual que con los dioses y diosas griegas que pasaron a formar parte del panteón romano, eso sí, con diferentes nombres, así Dionisos paso a ser Baco.
Será con el desarrollo del mundo romano cuando, primero, el cultivo de la viña y la producción de vino se generalice, y segundo, el consumo del vino se sociabilice. Para la cultura grecorromana la elaboración y el consumo del vino es un índice de desarrollo cultural, de “civilización” en contraposición a la “barbarie” del consumo de otras bebidas como la cerveza en los pueblos “bárbaros”.
Foto: Pintura casa de los Misterios. Pompeya
Los romanos tendían más que los griegos a decorar sus paredes con pinturas murales, y aunque siguen la tradición griega, muestran en sus pinturas un gran colorido y movimiento. Aunque se sabe que los romanos desarrollaron la pintura sobre tabla, los restos pictóricos conocidos más importantes son de tipo mural, frescos.
Los temas mas recurrentes en estos frescos fueron el paisaje, el retrato y los de carácter costumbrista y los mitológicos, entre ellos la representación de Baco es una constante, como esta danza en honor a Baco del mural de la Casa de Los Misterios en Pompeya. La ciudad ofrece un cuadro de la vida romana durante el siglo I. El momento inmortalizado por la erupción del volcán en el año 79 de nuestra era, evidencia literalmente hasta el mínimo detalle de la vida cotidiana.
Aunque lógicamente no podemos conocer el sabor de los vinos romanos, si conocemos por sus tratadistas como Varrón (siglo I a.c.) algunas de las características de estos vinos: Sobre el Vino, en el capítulo 1. 65, de su libro Res Rusticae dice “ El mosto que se guarda en tinaja para hacer vino no ha de sacarse mientras hierve, ni tampoco cuando el proceso sigue hasta que el vino se ha hecho. Si lo quieres beber añejo, como no se hace antes de que haya pasado un año, se saca de un año. Pero si es de esa clase de uva que se agria pronto, conviene que se consuma o venda antes de la vendimia. Hay clases de vino, entre ellos el de Falerno, tales que cuantos más años se tuvieren guardados, tanto más beneficio producen cuando se sacan».
Foto: Thermopolium en Pompeya
En el mundo romano el consumo del vino se generalizo, paso a ser una bebida consumida por las distintas clases sociales que componían esta sociedad, con la única exclusión de las mujeres que lo tenían prohibido. No solo se consumía en las casas (Domus) sino también en las Thermopolia y Tabernae, eso sí, no eran de la misma calidad los vinos bebidos en los banquetes celebrados en los stibadium, o lecho de banquetes semicircular, destinados a celebraciones donde los comensales – patricios y nobles – se reclinaban colocados radialmente en orden jerárquico, que los consumidos por la plebe en estas tabernae y thermopolia. El thermopolium, es un establecimiento donde se servían comida y bebida y algunos estaba decorados con frescos como el de la foto, con motivos de la vida cotidiana, mitológicos, épicos, etc.
Destaco también el arte pictórico de la civilización romana en el procedimiento del mosaico, se usaban para decorar interiores utilizando el opus tessalatum de origen griego, aportando como novedad el opus sectile. Y muchos de estos mosaicos, descubiertos hasta ahora, al igual que la pintura en frescos, son motivos relacionados con el mundo de los vinos, tanto en su elaboración, como en su consumo.
Mosaico: Hallado en Carranque (Toledo)
El mosaico romano es considerado como una pintura hecha de piedra. Es un arte que vive de la pintura en cuanto a temas se refiere. Los asuntos de un mosaico no tienen identidad propia, son los mismos que pueden encontrarse en la pintura, pero se diferencia de ella en que la perspectiva es falsa y forzada. Su inspiración está en los dibujos de los tapices de los tejidos y de la obra pictórica.
Gracias a los tratados agronómicos de la época, como el que nos lego Columela (siglo I d.c.) sabemos que ya existían distintos tipos y calidades de vinos: En su recorrido por las distintas variedades de uvas y algunas de su cualidades, comienza con las que para él son las mejores a la hora de obtener vino: “Solas las amineas se dice que exceden en el gusto de sus vinos a todas las demás. Amineas menor y amineas mayor. Hay también otras dos que son las Amineas Dobles, estas se llaman gemelas, porque echan racimos dobles, dan un vino mas aspero, de igual duración al de las anteriores…. Aminea borrosa, llamada así porque sus hojas se ponen mas blancas que las de las demás amineas. A la verdad dá buen vino, pero es mas ligero que el de las anteriores…. Hay otra Aminea singular, no desemejante a la gemela mayor, pero algún tanto inferior en el gusto de su vino aunque muy generoso”.
Pero con la caída del Imperio Romano en Occidente y la llegada de los denominados pueblos «barbaros» del norte y centro Europa, se va a producir una regionalización de la Europa occidental y un estancamiento y en algunos casos regresión de la economía, tanto del campo como sobre todo de las ciudades, de la tecnología, de la cultura en general y de las artes en particular.
Foto: pintura medieval en manuscrito
Visigodos en la antigua Hispania, Francos en la Galia, ostrogodos en Roma e Italia y bizantinos en en Imperio Romano de Oriente. La producción y el consumo del vino también tuvo su paralización y regresión. Los pueblos «barbaros» eran mas consumidores de otras bebida, como la cerveza, el hecho también de que la agricultura sufriera un estancamiento hizo que los campos de cultivos de la vid disminuyeran también. El vino paso de nuevo a ser una bebida elitista, consumido por las clases poderosas y principalmente se redujo a la elaboración y consumo por los monjes en sus monasterios.
Dentro de esta zonificación territorial de los antiguos dominios del Imperio romano, que por otro lado eran los territorios donde se elaboraban y consumían el vino, el arte también tuvo sus propias características, según las zonas. Así en la península Ibérica los pueblos godos que las habitaron, no aportaron muchos elementos novedosos, sobre todo por su alto grado de romanización o aculturación de muchas costumbres y técnicas romanas. Las antes lujosas villas rurales romanas desaparecen o se transforman entre los siglos V y VII y surgen a cambio los vicus y pagus, unos poblados similares a las aldeas cuyos restos hallados nos informan de un tipo de vida básicamente rural.
En el arte continuaron con la tradición tardorromana y la pintura se circunscribió principalmente a decorar las iglesias visigodas con un estilo esquemático y expresivo, fruto de la fusión de elementos romanos y bizantinos. Los temas fueron principalmente de carácter religioso, aunque también se pintaron frescos con temas relacionados con la vida cotidiana.
Foto: Pintura visigoda: Campesinos
Las leyes, como los códigos de Eurico y Alarico, que protegen las tierras de cereal, viñedo y huertas son prueba suficiente de la base agrícola-ganadera de la economía visigoda. En el siglo VII predominaba la gran propiedad, que constaba de un edificio central rodeado de una zona de huertos y tierras de labor o viñedo poco o mal diferenciado de las de pasto.
La otra gran área de la cuenca mediterránea en la que quedo dividido el imperio romano fue Bizancio. Auténtico heredero de la cultura y economía del mundo romano, que con el trascurrir del tiempo irán implementando con elementos propis y mas característicos de la zona: Grecia, Macedonia, Anatolia, Próximo Oriente, costa norte de África. En este área geográfica nacerían los cenobios y monasterios que con el paso del tiempo se convertirían en los auténticos valedores en la elaboración y consumo del vino, aunque en esta zona del antiguo Imperio romano, el vino continuo siendo la bebida mas consumida y generalizada. Un vino que en la mayoría de los casos tenia que beberse mezclado con otros productos que lo hiciesen mas amable al paladar, es una propiedad de los vinos muy viejos, que no pueden beberse puros, que se tienen que mezclar con agua, para someterle la amargura.
Bizancio, fue la capital y el centro de la cultura clásica del Imperio romano de oriente, o Imperio bizantino, constituyendo el origen de la actual ciudad turca de Estambul. Durante más de 1.000 años como Constantinopla, resistió todas las tentativas de conquista de sus diferentes enemigos, hasta su caída en manos de los turcos otomanos en 1453, lo que marcó su fin de ciudad greco-romana e inició el de ciudad turca, que finalmente adoptó el nombre de Estambul.
Foto: Superior escena civil. Inferior: escena religiosa.
Las manifestaciones más características de la pintura bizantina fueron los íconos, pequeños cuadros realizados sobre tablas, y los mosaicos, heredados de la tradición romana, que recubrían las paredes de los edificios con pequeñas teselas de piedra o vidrio esmaltado. El arte bizantino (siglos IV-XV) se caracteriza en general por un alejamiento del naturalismo de la tradición clásica, hacia lo más abstracto y universal, por una clara preferencia por las representaciones bidimensionales, y por un predominio de las obras de arte de contenido religioso.
Los asuntos tratados en tales composiciones son generalmente bíblicos tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento, además de algunas escenas religiosas de la corte imperial y representaciones de ángeles y santos. Y como es lógico, sobre todo, en esas escenas bíblicas aparece el vino, que también lo hace en pasajes de la vida cotidiana.
Con la irrupción de los musulmanes en el occidente mediterráneo, se introducen nuevos elementos económicos y culturales en esta zona geográfica. En el ámbito artístico se va a dar durante estos siglos una coexistencia pacifica entre los distintos modelos y estilos que desarrollaron las diferentes civilizaciones de esta parte de la cuenca mediterránea, a diferencia del ámbito político, territorial y militar, en el que la confrontación será su característica principal.
La pintura islámica, es una de las ramas artísticas menos desarrolladas. Se utiliza sobre todo como elemento decorativo en las edificaciones, normalmente a través de la escritura (decoración caligráfica mediante versículos del Corán), dibujos geométricos o vegetales y, más raramente, mediante la representación figurativa de personas y animales. Pero también destaca la iluminación en los libros sagrados y profanos.
La representación de humanos, animales o cualquier otro sujeto figurativo está prohibida dentro del Islam,, de ahí que sea difícil encontrar representaciones religiosas figurativas dentro de la cultura musulmana. Esto motivó, a su vez, un gran desarrollo de motivos geométricos y vegetales con un grado de abstracción cada vez mayor que, junto a la epigrafía, definirán la ornamentación en el arte islámico.
El periodo de apogeo de la literatura agronómica se documentan entre los siglos XI y XIII, estos tratados, como el que escribió Muhammad Ibn Malik al-Tignari para el hijo de Yussuf Ibn Tasufin. En el periodo entre la decadencia almorávide y y el ascenso almohade se escribió la obra del geógrafo Al.Idrisi, el Kitab Nuzhat al-mustaq. Así como el Tratado de Agricultura de Ibn Wafid; También contamos con el Libro de Agricultura de Ibn Bassal y el Tratado de Agricultura de Abú l-Jayr; que estuvo al servicio del rey al- Mu`tamid también podemos incluir el Tratado de los alimentos de Avenzoar, Otros autores de asuntos mas generales, pero que también recogen aspectos agronómicos y de la historia y cultura de Al-Andalus como Ibn Jaldún, Otros textos muy importantes para el conocimiento de la vinatería de Al-Andalus como el Tratado de Ibn Abdún, escrito en la Sevilla del siglo XII
Un producto sobresaliente en al-Andalus era la vid, cuyo cultivo estaba sumamente perfeccionado. El cultivo de la vid se extendía por numerosas poblaciones de al-Andalus. Por lo que es posible colegir que el cultivo de la vid alcanzara dimensiones considerables, así como la producción de uvas, vino y pasas; como asegura Valdeón Baruque, durante el califato de Córdoba se exportaban, entre otras mercancías, productos agrarios: aceite, azúcar, higos y uvas.
El Corán, la ley de leyes de los musulmanes, prescribe como han de comportarse estos ante el vino. El Corán condenó su consumo en etapas sucesivas. Comenzó prohibiendo realizar el Salât en estado de ebriedad. Más adelante, el Corán argumentó “Oh, vosotros que os habéis abierto de corazón a Allah, el vino, el juego de azar, la adivinación por las entrañas de las víctimas así como la tirada a suerte son actos impuros que vienen del demonio. ¡Evitadlos! Tal vez triunféis”.
Aunque también es cierto que los habitantes de al-Andalus, musulmanes o no, eran, sobre todo, amantes de la vida y de sus placeres, a través de las fiestas, de la música, de la poesía y de la comida y de la bebida. En este sentido, Al-Andalus, por tanto también «coqueteó» con el vino.
El consumo de vino estaba generalizado entre los mozárabes y los judíos. El mismo rey-poeta al-Mutamid de Sevilla, llega a declarar en uno de sus versos: ¿Te dejarás llevar por la tristeza hasta la muerte cuando el alud y el vino fresco están aquí y te esperan? Recordemos que a través de la poesía andaluza del siglo XI hemos podido conocer los utensilios utilizados en las reuniones de placer para beber el vino y el nabid. El vino debía beberse en copas de cristal, según la moda que el famoso poeta y músico persa Ibn Ziryab (789-857) introdujo en la corte de ‘Abd al-Rahman II, procedente de Bagdad. Las copas de cristal recibían nombres diversos: yam, nujba, garab. Y si estaban llenas recibían, de igual manera, diversos nombres. Las que estaban cinceladas provenían de Oriente, de Mesopotamia, y se llamaban ka’s ‘íraqí. El consumo del vino que constituía además un importante aporte de calorías estaba suficientemente arraigado en al-Andalus como para que fuera suprimido de la dieta. Averroes cita diversas variedades de vino: tintos, blancos, aromáticos claros, oscuros de pasas.
Precursores del denominado arte Románico y durante la Alta Edad Media, se desarrollará en la Europa Occidental, en la que los pueblos germánicos fusionaron su arte y cultura con la parcial pervivencia de la cultura clásica greco-romana, diversos estilos artísticos conocidos por distintos nombres localistas, desde el arte Merovingio, al arte asturiano, pasando por el Carolingio, a los que podríamos englobar como Arte Prerrománico.
Foto: Beatus de El Escorial, f°120 Cosecha y Vendimia escatológica.
En el prerrománico hay determinadas características comunes, como la predilección por la orfebrería y la ilustración de manuscritos, y la evolución formal hacia la simplicidad, la esquematización y el simbolismo en las artes figurativas para conseguir una mayor expresividad, renunciando al realismo, y con abundancia de motivos decorativos que llegan hasta el «horror vacui».
No obstante, no hay suficiente identificación entre las distintas artes locales como para hablar de un «estilo internacional» como serán los de la Baja Edad Media (románico y gótico).. la parte principal de la pintura prerrománica conservada es la que se elaboró en los talleres de miniatura vinculados a los scriptoria de los monasterios. En algunas de estas ilustraciones miniaturistas es fácil encontrara temas alusivos al vino y a las tareas de elaboración de los mismos.
El arte románico fue un estilo artístico predominante en Europa Occidental durante los siglos XI, XII y parte del XIII. El Románico es el arte de la plena Edad Media y del Feudalismo. que agrupó a las diferentes opciones que se habían utilizado en la Alta Edad Media (romana, prerrománica, bizantina, germánica y árabe). No fue producto de una sola nacionalidad o región, sino que surgió de manera paulatina y casi simultánea en España, Francia, Italia, Alemania y en cada uno de esos países surgió con características propias, aunque con suficiente unidad como para ser considerado el primer estilo internacional, con un ámbito europeo. El estilo artístico se adapta a una sociedad ruralizada, inculta, controlada intelectualmente por la Iglesia. Por eso va a ser el arte de la irracionalidad, el oscurantismo y el misterio. Es un arte relacionado con la fe, surgido de una cultura teológica.
Foto: panteón de los Reyes de San Isidoro de León. Vendimia
El lugar de la aplicación, la pintura románica se da principalmente en: Pintura mural de ábsides, naves, bóvedas, columnas. Pintura aplicada a la escultura monumental para realzar su expresividad. Pintura sobre tabla (por ejemplo en frontales de altares). Iluminación de códices (miniatura). Las características propias de la pintura románica son: Bidimensionalismo, no hay profundidad. Fuerte expresionismo. Plana (no mezcla colores). Gran importancia del dibujo, con poca importancia del modelado, y también poca importancia de la luz. Los fondos suelen consistir en bandas de colores horizontales superpuestas (influencia mozárabe).
La producción y consumo del vino durante estos siglos volvieron a alcanzar cuotas tan elevadas como en la mejor época del Imperio Romano. La puesta en valor de las rutas de peregrinación por Europa y entre ellas, el camino jacobeo desde Francia al noroeste de la península Ibérica, llevo aparejado entre otras cosas la importación y plantación de vidueños nuevos y de nuevas variedades de uvas, tanto en tintas como en blancas. Así como la aplicación de nuevas técnicas agrícolas, llevaron a la elaboración del vino con unos parámetros mas elevados de calidad.