JAZZ

Sabu Martínez.

De ascendencia puertorriqueña, Louis Martinez empezó a ser conocido como conguero cuando se unió a Joe Loco y los Lecuona Cuban Boys en 1947. Con apenas dieciocho años se entera del asesinato del dios de las congas, Chano Pozo, y su reacción es presentarse a Dizzy Gillespie para hacerse cargo de la plaza vacante en la banda del trompetista. Gillespie no tiene dudas y tan satisfecho queda que le regala su apodo artístico: Sabu. Tampoco tendría dudas poco después, en 1949, Art Blakey para encomendar al jovenzuelo zurdo que llene de sabrosura alguna de las mejores grabaciones del maestro en esa época.

La relación de Sabu con Blakey duró hasta 1958, pero ya un año antes, Sabu  fundó su quinteto y grabó los discos «Palo Congo», «Safari» y «Sorcery». Luego vendría «Jazz Espagnole» (1960) con un sexteto, una obra madura y maravillosa, pero también un tesoro semiolvidado. «Jazz Espagnole» es un disco esencial del Latin Jazz. En cuarenta minutos, trepidantes pero repletos de sofisticación y elegancia, Martínez marca el latido de un sexteto de ilustrísimos músicos a los que, en complicidad con el productor Al Santiago, consigue poner en ebullición.

Al éxito del disco contribuyeron enormemente, el trompetista Marty Sheller, el saxo alto, Bobby Porcelli, el pianista Artie Jenkins, el percusionista Louie Martínez y el contrabajista Bill Salter.  Ocho piezas relativamente breves y cuatro puentes de transición o adorno en las que Martínez y los suyos van al grano, a toda pastilla, con energía y templanza, con un tempo endiablado y dejando por el camino piezas para la eternidad: «Delilah», «I Remember Carmen», y «The Oracle». Solo por este disco, Sabu Martinez, tiene un sitio privilegiado en la evolución del jazz con los sonidos latinos de Centroamérica.

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