El saxofonista tenor, soprano y flautista, Víctor Cuica, comenzó sus estudios en la Escuela de Música Militar de La Victoria, en 1963. Sus actuaciones en la banda de la marina venezolana tuvo su primer acercamiento al Jazz y decidió estudiar flauta, armonía y composición, en la Escuela Superior de Música «José Ángel Lamas» de Caracas. Ingresó en la orquesta de Chucho Sanoja y posteriormente formó parte de la agrupación musical del bajista y cantante, Oscar de León, donde propuso y se aceptó cambiar el nombre de «Oscar y sus Estrellas» por el más apropiado «Dimensión Latina». Tras un periodo alejado de la música, vuelve a finales de 1976 para dirigir la Coral de la Universidad de Santa María durante tres años. En 1978, compone e interpreta la banda musical de la película: «El Mar del Tiempo Perdido», basada en el relato del mismo nombre de Gabriel García Márquez. (Solveig Hoogesteijn, Venezuela, 1978).
En 1979, consolida su grupo: «Víctor Cuica y su Jazz Latino» presentándose por primera vez en el Teatro Alcázar de Caracas y es invitado a dar un concierto en el Teatro Nacional de San José de Costa Rica, con gran éxito de público y crítica. En 1980, compone e interpreta la banda musical de la película «Manoa», y se presenta con su grupo en Curacao y Aruba. Para esas fechas, Víctor Cuica, ya es considerado por la crítica como el más destacado intérprete de Jazz clásico y original innovador en la fusión de Jazz y música afro-caribeña.
En 1981, se presenta con gran éxito en el Festival «Memphis in May», cuna del jazz en Memphis, Tennessee. El éxito obtenido le permite volver al año siguiente como invitado especial y tambien se presenta en el «Domicile» de Munich, Alemania, donde se dan cita los mejores intérpretes del Jazz europeo y americano. En 1984, graba su primer disco titulado: «Que sea para siempre», cuya venta se agota en breves semanas. Realiza la gira «Rutas Libertadoras» por toda Venezuela, y se presenta en el Poliedro de Caracas alternando con «Preservation Hall Jazz Band», con un rotundo éxito de público. En 1985, Víctor Cuica y su grupo tienen el honor de ser la primera formación venezolana en ser invitado a tocar en el prestigioso Festival Internacional de jazz de Montreal.
El grupo continúa su viaje a Québec, donde se presentan en el Festival de verano de la ciudad canadiense donde obtiene un gran éxito de público y crítica cuando alterna con el vibrafonista, Lionel Hampton y su orquesta, terminando ambos aclamados por la audiencia. En 1988, clausura el Primer festival de Jazz de Caracas, donde regresa al año siguiente para inaugurar el mismo. En 1990, uno de los directores y compositores más prominentes del continente suramericano, Eduardo Marturet, compone para Víctor Cuica y la Sinfonietta Caracas la obra: «Música para seis y saxo» que es estrenada con gran éxito y que después en 1992 se utilizaría como parte de la música oficial del pabellón de Venezuela en la Exposición Universal de Sevilla de 1992. Se presenta en el V Festival Latinoamericano de Música alternando con grandes de la salsa y posteriormente actúa con su grupo en el II Festival Internacional de Música de «El Hatillo». En 1993, graba su segundo disco, titulado: «Noctámbulo», distribuido por Sony Music International, y al año siguiente es el primer venezolano invitado a participar en el Festival «Mar del Jazz» en Buenos Aires, Argentina, mereciendo fuertes elogios de la crítica local.
Sus éxitos continúan y en 1995, es distinguido con el Premio al mejor músico del año por la Casa del Artista de Venezuela, y se presenta como solista acompañado por la Gran orquesta de Jazz de Andy Duran en el marco del VI Festival Internacional de Música de El Hatillo. En 1996, alterna con el guitarrista flamenco, Paco de Lucía en el Teatro Teresa Carreño de Caracas, en dos conciertos aclamados por el público. Al año siguiente compone e interpreta la banda sonora de la película «Santera» de la cual es protagonista. Esta banda musical le merece el premio a la mejor Banda Sonora de 1997. Es invitado al Festival Iberoamericano de Gramado en Brasil.
En 1998, graba su tercer CD titulado: «Just Friends» acompañado por Alberto Lazo al piano. Sus ideas están frescas y produce al año siguiente su cuarto CD titulado: «Los Locos de Caracas» donde comparte con Carlos “Nené” Quintero (percusión), Roberto Jiron (guitarra) y Gerardo Chacón (bajo); distribuido por Sony Music. Ya en el tercer milenio, en 2001, se presenta en el «Festival de Jazz de Barquisimeto» y en el «Festival de jazz de Valencia», y al año siguiente toca en diversos centros nocturnos en New York y Montreal. En el 2003 es homenajeado en el «Festival de Nagua Nagua» y su actividad musical prosigue en la actualidad llena de vitalidad y fuerza.