Invitados por el amigo Fran León, embajador de los vinos andaluces y gran conocedor de los vinos generosos, un grupo de blogueros y prescriptores del vino, visitamos la Bodega Diez Mérito de Jerez de la Frontera. En 1876 los hermanos Díez y Pérez de Muñoz comenzaron en Jerez un negocio bodeguero. Años más tarde se les unió su hermano Francisco creando “Díez Hermanos”, fue entonces cuando su majestad el Rey Alfonso XII les concede el título honorífico de “Proveedor de la Real Casa” y con ello el uso del “Escudo de Armas Reales” en facturas y etiquetas.
En marzo de 2016, la familia jerezana Espinosa, adquiere las bodegas constituyendo Bodegas y Viñedos Diez-Mérito, volviendo a dotar a la compañía de entidad propia, incorporando viñedos y bodegas de sobria presencia, como la de Bertemati, majestuoso edificio que data de 1790, que debe su nombre a uno de sus primeros propietarios: el Marqués de Misa, y la bodega de El Cuadro, en las que la sabiduría de Jerez impregna cada rincón. Desde las bellas sacristías donde se catan los vinos y los diferentes cascos de bodega, compuestos de arcadas y bóvedas, donde los vinos reposan y envejecen de manera silenciosa, hasta los patios y jardines que oxigenan a través de puertas y ventanas a las centenarias Criaderas y Soleras donde se puede oler y sentir la fuerza de uno de los vinos más antiguos del mundo; el prestigioso Amontillado Fino Imperial, las cuales se remontan al año 1876.
La visita comenzó como no podía ser de otra manera por el viñedo: «Viña del Diablo» así es como se llaman estas magníficas vides, sembradas sobre la blanca y rica tierra de albariza. En este bonito paraje nos recibieron el director comercial de la bodegas José Luis Pérez y el director general y miembro de la familia propietaria de las bodegas Salvador Espinosa. Nuevas mejoras caracterizan la antigua Hacienda San Patricio por parte de la familia Espinosa con la construcción de varias naves nuevas en el mismo viñedo.
Desde aquí nos transladamos a las bodegas situadas en el centro de Jerez: Casco de bodega «El Cuadro» data de 1819, también se está remozando, una bodega tipo catedral, bajo el que se alinean las andanas formadas por las botas de 500 litros de capacidad, hechas con madera de roble americana, envinadas previamente con los mismos vinos de la bodega. Al cruzar la calle se entra en la majestuosa bodega «Bertemati», erigida en 1770 y diseñada con cubiertas de cupulillas rebajadas, y es la mejor conservada de las del siglo XVIII en Jerez de la Frontera. En sus naves las botas del oloroso Victoria Regina y el amontillado Fino Imperial, dos de los vinos VORS de la bodega que, además, comercializa la marca Pemartín y la línea Bertola. Nuestro anfitrión Salvador Espinosa venenció Fino Imperial, desde la misma bota donde día tras día, año tras año se hace grande, majestuoso, inigualable, uno de los mejores amontillados del Marco de Jerez, es uno de esos vinos que te embelesan, que te transportan a otra dimensión, a mi con este vino me pasa un poco como con la explicación de la existencia o no de Dios, soy incapaz de explicarlo, soy agnóstico.
Las Bodegas Díez-Mérito organizan visitas guiadas a diario, incluso sábados, que incluyen sesiones de cocina en directo, y por supuesto la degustación de sus excelentes vinos, especialmente para grupos. Es sin duda alguna una visita muy recomendable. Actualmente solo destina el 30% de su producción a la exportación.
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Salvador Espinosa (segundo por la izquierda), explica las características del viñedo la Viña del Diablo. | Hacienda San Patricio donde se encuentran las 100 hectáreas del viñedo denominado Viña del Diablo, y el contiguo que han dado en llamar «Viña de Dios». |
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Lagar y nave con los depósitos de acero inoxidable de 50.000 litros cada uno. | Casco de bodega El Cuadro, así llamada por dar a cuatro calles y contiene unas 6.000 botas. |
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«La Flor» ese fenómeno biológico que da esos vinos tan singulares como son el Fino y la manzanilla. | Salvador Espinosa, venenciando uno de los vinos que duermen, reposan y evolucionan en la bodega. |
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Interior de la bodega repleta de andanas con esos vinos generosos únicos en el Mundo como son los vinos del Marco de Jerez. | Un momento de la cata de diversos vinos que ofreció la bodega entre ellos su oloroso VORS. Victoria Regina. |
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Un momento sublime: la venencia del amontillado Fino Imperial. | El recuerdo de Apoloybaco a la visita con la firma en el tonel. |
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Al finalizar la visita una copa de fino Bertola y un aperitivo ofrecido por la Bodega. | Sin duda un día espectacular que recomendamos a los amantes de los buenos vinos. |