Lucky Millinder (1900-1966) no sabía tocar ningún instrumento musical, pero tuvo la habilidad de dirigir una banda de jazz que señaló el punto de partida para muchos de los instrumentistas que pasaron por su formación. Millinder, pasó su infancia en Chicago y es allí donde consta que inició su carrera profesional en los cabarets del barrio de South Side, bailando y actuando como maestro de ceremonias.
Su primera banda la formó en 1930 y apenas tres años mas tarde ya viajó con ella a Europa, y mas en concreto en Francia. Al regresar a los Estados Unidos, se instaló en New York, y allí se hizo cargo de la dirección de la «Mills NBlue Rhytrhm Band» en 1934. Muy querido y popular entre sus músicos, Millinder incorporó a la misma a talentos en ciernes por aquella época y que luego fueron grandes maestros del jazz como: Harry «Sweet» Edison, Henry «Red» Allen; Charlie Shavers; Buster Bailey y el mismísimo, John Kirby, quien formaría más adelante su propia orquesta.
En 1939 decidió dejar esa formación y crear su propia bigband en la que tocaron: Dizzy Gillespie -por entonces un joven trompetista con talento pero sin nombre- Freddie Webster, Eddie «Lockjaw» Davis; Sr. Charles Thompson o la impresionante vocalista de gospel, Rosetta Tharpe. Hasta mediados de los años cuarenta, como casi todas las grandes orquesta, la banda disfrutó de un espectacular éxito llegando a aparecer en varias películas, entre ellas: «Paradise in Harlem» (1939) o «Boarding Room Blues» (1948). Fue precisamente en 1948, cuando Lucky Millinder, decidió dejar la carrera y dedicarse a un cómodo negocio de publicidad. A comienzos de la década de los cincuenta, con el advenimiento de otras formas de músicas, Millinder, arruinado casi, tuvo que trabajar de pinchadiscos en varios locales en un final de su vida trágico.