Shirley Horn (Washington, 1 de mayo de 1934 – Ibídem, 20 de octubre de 2005), comenzó a estudiar piano muy temprano, con sólo cuatro años. Después de estudiar en la Universidad de Howard, Horn forma su primer trío en 1954, y a comienzos de los años sesenta, ya atrae la atención de Quincy Jones y Miles Davis. Este último se interesó por su primer trabajo, Embers and Ashes, y la invitó a abrir sus conciertos en el Village Vanguard de Nueva York. Shirley grabó tres discos entre 1963 y 1965 para Mercury y Paramount, pero decidió formar una familia en lugar de continuar con su carrera.
A principios de los 80 retomó su camino musical y comenzó a grabar para Steeple Chase, aunque su salto más importante lo daría cuando firmó con Verve. Fue en los años 90 cuando consiguió el merecido prestigio internacional gracias a una sucesión de grabaciones maestras para esa compañía. Ocho nominaciones consecutivas a los Grammy y un premio en 1998 en la categoría de Mejor Disco de Jazz Vocal por su álbum «I Remember Miles», atestiguan por qué cada vez se la considera más como una de las mayores estilistas de la canción que hayan existido.
En 1990, no mucho antes de su muerte, Miles Davis añadió las grandiosas notas de su trompeta a la canción: You Won’t Forget Me. Ocho años más tarde, ella correspondió a ese gesto con el álbum citado, maravilloso tributo por el que recibió un merecido Grammy. Con Verve también ha grabado You’re My Thrill en el año 2001 y su último disco editado hasta la fecha, en 2003, May the Music Never End, donde por primera vez canta sin su piano y cede ese instrumento a George Mesterhazy y al maestro Ahmad Jamal.
En You’re My Thrill, Horn aplica su particular alquimia a once canciones clásicas y contemporáneas con una habilidad tal que transmite una inmensa sensación de paz. Ejemplos de ello son la balada que da nombre al álbum, capaz de cortar la respiración, I Got Lost in His Arms. Este disco permitió de nuevo el encuentro de Horn con Johnny Mandel, que produjo y orquestó también su anterior trabajo, Here’s to Life. En May the Music Never End, Horn vuelve a brillar a través de una impecable selección de temas originales y standards. La canción que da título al disco fue escrita especialmente para ella por Norman Martin, quien ya compusiera para ella uno de sus temas más conocidos, Here’s to Life, que fue también el título de su álbum de 1992, el más vendedor de sus lanzamientos hasta la fecha.
Su delicioso homenaje a Duke Ellington tiene como invitado al fliscornio a una de las más jóvenes estrellas del jazz contemporáneo, Roy Hargrove. Otro invitado de lujo en el álbum es el mítico pianista Ahmad Jamal, el cual rinde homenaje a Horn al acompañarla al piano en dos de los cortes del disco. Es la primera vez que Jamal acompaña a un/una vocalista al piano. Otros temas incluidos en May the Music Never End son una maravillosa versión del Yesterday de los Beatles, o la estremecedora versión en inglés del «Ne me quitte pas» de Jacques Brel.
Cuando Shirley Horn canta, es capaz de cambiar nuestra manera de escuchar una canción. Es una de las últimas grandes damas del jazz vocal de siempre, el imperecedero, que sabe crear de una forma magistral y sutil una sensación de intimidad con el público. Ha sido reconocida en muchos ámbitos como la mejor cantante-pianista desde Nat King Cole, demostrando en todo momento una gran capacidad para combinar melodías y letras y para sacar todo el jugo a los standards inmortales.
Instrumento: Voz |
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You Won’ forget me | The Garden of the Blues | Loads of love + Shirley Horn with Horns |
For my Lady | Remember Miles | All night long |