GASTRONOMÍA

Tapear y comer, en los pueblos de Sevilla: Bormujos.

 

 Nombre Domicilio  Mosto  Carasteristica de la Bodega 
 Bodega Simeón

RCP: 

Calle Vicente Aleixandre, 42 Fermentado en las barricas de la bodega. Acogedora bodega con chimenea central y decorativa prensa de uvas. Magnífico «lomo al ajo» y un excelente potaje de garbanzos. Si alguien prefiere cerveza, está se sirve en jarrillo de lata
Bodega Mateto

RCP: 

Avenida del Aljarafe s/n Traido de otros municipios Totalmente reformada y convertida en un lujoso restaurante, era una de las bodegas más antiguas del pueblo, sólo han dejado la antigua prensa de uvas.
 Bodega Andrés

RCP: 

Avenida del Aljarafe s/n Mosto de Umbrete que fermenta en las barricas de la bodega durante 40 días Lugar muy concurrido por los parroquianos de la tercera edad, para jugar al dominó y a las cartas, apostándose la media botellita de mosto, sin tapas, sólo se sirve el popular altramuz.
Bodega Pepe Girón

RCP: 

Calle Clemencia Escobar, 21 Mosto de cosecha y elaboración propia Una ristra de 30 bocoyes preside esta agradable bodega, los cuales además de recoger el mosto sirven para que los clientes dejen impresas sus ocurrencias: «Buen mosto no peleón con arte y solera el de Pepe Girón». Exquisita panceta ibérica y de postre el Tiramisú casero
 Bodega El Tete

RCP: 

Calle Camas, 47 Mosto de Umbrete, bodegas «Salado» fermentados en 8 hermosos bocoyes Amplia bodega tanto de invierno como de verano, con estupendos guisos caseros (garbanzos, costillas). Su especialidad carne a la brasa.
Bodegón «En su punto». RCP:  Ramón y Cajal. 16. Fabada asturiana y carnes a la brasa. Antigua Sidrería Saira.
Bodega Tinahón. RCP:  Plaza El Tinahon, 8 Guisos caseros, arroces y carnes a la brasa.
La Nueva Taberna. RCP:  Avenida del Aljarafe, 47. Arroces y guisos típicos de pueblo.
Cocoma Noodle Bar.  Calle Albaicín, 2A. Tienda restaurante ecoloógico. Cocina Oriental.

Mala   Aceptable   Buena   Muy Buena   Excelente

 

Bormujos es uno de los pueblos en nuestra ruta gastronómica por la comarca del Aljarafe sevillano más cercano a la capital y quizás por eso su crecimiento demográfico en estos últimos años se ha disparado, aunque no por ello ha perdido su sabor a pueblo. Entre sus datos estadísticos podemos encontrar una cifra curiosa, su altitud con respecto al nivel del mar- 96 metros – es igual a la altura de la Giralda. Su mosto, también esta a buena altura, cierto es que cada vez van quedando menos bodegas donde críen y elaboren este preciado caldo, pero en todas las bodegas que hemos visitado esta semana de principios de noeviembre, se ha podido constatar la huella no muy lejana, en el tiempo, que evidencia su vocación vitivinícola; la prensa de uva, esta, se ha convertido en un adorno típico, impertérrito al paso de los años y generaciones. De ellas ha brotado como las lagrimas en los ojos, ese mágico liquido, al que desde estas paginas hemos querido dedicar un pequeño homenaje; el Mosto del Aljarafe sevillano.

Los historiadores no terminan de ponerse de acuerdo sobre el origen del nombre del pueblo. Según García de Diego, dicho nombre puede provenir del latín «Mormolium» (manania). Pero también es igualmente probable que provenga del nombre dado a una «alquería musulmana», «Boromuji». De esta época quedan aún vestigios como los hallados en la hacienda de Valencilla. En el Repartimiento de Sevilla por Alfonso X, aparece esta villa con el nombre de Mormojos o Mormujos, y así rezan los textos de dicha concesión: «Dióles MORMOJOS, que es término de Aznalfarache, en que ha treinta mill pies de olivar e de figueral e por medida de tierra seiscientas sesenta arançadas».

En 1630, Bormujos salta al plano nacional a causa de un ruidoso pleito, entre la ciudad de Sevilla y varios particulares, por la posesión de esta villa, junto con las de El Garrobo, Gerena y Burguillos. La venta de estas cuatro villas se pactó en 500.000 ducados con los señores de Juan Bautista Sixmán, Pedro de Torquemada y doña Rufina de Sandoval, hasta que Sevilla, que acudió legalmente al rey, consiguió que dichas poblaciones se reintegrasen definitivamente a su jurisdicción. A finales del siglo XVII o principios del XVIII, la villa de Bormujos pasó a manos de los Guzmán, hasta la desaparición de los señoríos. Desde entonces se constituyó en municipio independiente formando parte de la provincia de Sevilla.

Disfruten de las excelencias de este bonito pueblo sevillano y visiten sus tascas y bodegas en busca de su excelente mosto. Sin ánimo de ser excluyente, estos que se relacionan arriba, fueron los establecimientos visitados por Apoloybaco en una bonita mañana de Noviembre, cuando el mosto alcanza todo su esplendor.

 

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