Para darle la bienvenida a este nuevo año, deseando y esperando que sea mejor que el catastrófico año 2020, nada mejor que recomendando uno de los mas señeros restaurantes de Madrid, donde sirven, entre otras cosas, uno de los mejores cocidos madrileños, plato muy apropiado para estos meses del duro invierno de la capital de España.
Taberna de la Daniela, cuenta en la actualidad con varios restaurantes: La Daniela de Goya, La Daniela de Cuchilleros, La Daniela Medinaceli y la Daniela Bernabeu. Nosotros visitamos en está ocasión La Daniela de Cuchilleros, situado en la calle Cuchilleros, 9 en pleno centro del Madrid de los Austrias.
Por Madrid de los Austrias se entiende aquella parte de la ciudad, que se correspondería con el «viejo Madrid» o el Madrid medieval, que tuvo una especial relevancia, y que floreció gracias a la presencia de la corte, durante los casi dos siglos que duró la dinastía de los Habsburgo en España, desde que en 1516 Carlos I fue reconocido como Rey hasta la muerte de Carlos II en 1700.
El Madrid de los Austrias, es una zona que abarca algunos puntos claves del centro histórico de la ciudad. La Plaza Mayor, la Plaza de Oriente y la Plaza de la Villa son sus núcleos centrales. Pues muy cerquita de la Plaza Mayor se encuentra este templo culinario que es la Taberna de la Daniela, un rincón que hace honor a su nombre de «Taberna», ya que es un fiel reflejo de estos establecimientos tan típicos y castizos.Aunque en otras ocasiones hemos visitados otras «Danielas» como la de Goya y el Bernabeu, para mí esta Daniela recoge mejor la esencia de ese Madrid abierto, romántico y sobre todo el Madrid gastronómico, auténtico crisol de las diferentes cocinas del Mundo. Y entre ellas sin duda se encuentra el sabrosísimo Cocido madrileño.
Y a eso fuimos a la Taberna de la Daniela, a probar su espectacular cocido, reconocido como uno de los mejores en todas las referencias y guías de entendidos y críticos gastronómicos, tanto de Madrid como del resto de España y en el ámbito internacional.
La Taberna de la Daniela de la calle Cuchilleros, es un establecimiento que está decorado y ambientado como una taberna madrileña de toda la vida, con taburetes altos en la barra, azulejos y ladrillo visto en las paredes, sillas de madera y muchos cuadros y fotos. Fundada en el año 1992, pronto cumplirá treinta años y desde entonces se ha hecho con un destacado lugar en la restauración madrileña.
Tienen una amplia oferta en tapas y raciones de estilo tradicional y algunas con toques mas innovadores. En su carta encontramos principalmente cocina mediterránea y castellana, tanto en sus entrantes como en los platos principales de carnes, como las chuletillas de churra y en pescados como el besugo a la madrileña. Pero sin duda alguna su plato estrella es el Cocido.
El cocido en la Daniela se sirve en tres vuelcos. En primer lugar una sopa muy sabrosa, servida en una gran sopera que se queda en la mesa para que cada uno repita a su gusto. Y normalmente se repite, porque los amantes del cocido suelen decir que es una de las mejores que se sirven en Madrid.
El sabor de este caldo acompaña al resto del cocido. Como ellos mismo comentan en su web; los tres vuelcos serian como las tres cartas de la baraja española: Sota (Sopa), Caballo (Garbanzos y verduras) y Rey (Las Carnes). Con su significado de sin desviarse de la costumbre. Para la sopa nos pedimos como acompañamiento unas cervezas, bien fresquitas y bien echadas, eso sí, al estilo madrileño, que se llevan un ratito dándole con la paleta a la espuma del vaso, para un sevillano, eso es difícil de entender, pero bueno, la cerveza estaba buena.
Después vienen el segundo y tercer vuelco servidos de una vez pero en dos bandejas distintas. El segundo contiene los garbanzos de Fuentesaúco, que se deshacen en la boca como la crema, el repollo, la zanahoria, la patata cocida y las bolas de relleno.
El tercer vuelco, el de las carnes, nos siguió recordando el sabor de la sopa. Contiene carne de morcillo, chorizo, morcilla, jamón, tocino, pollo y hasta el hueso de caña con su tuétano. Aquí hay que destacar el placer no apto para dietas del tocino con pan.
Como acompañamiento al cocido, se sirven unas guindillas con cebollitas en vinagre que suelen tomarse a la vez que la sopa; y un doble cuenco con dos salsas: la salsa de tomate y la salsa romescu, que mucha gente gusta de mezclar con los garbanzos. Ya para estos platos mas contundentes nos pasamos al vino, en está ocasión un tinto de la Denominación de Origen Madrid, un tinto con cuerpo, redondo, con crianza que marido muy bien tanto con los garbanzos y las verduras y con la carne.
Para los postres también ofrecen una nutrida propuesta, pero lo cierto es que después de este completo cocido, quedaba poco hueco, aún así nos pedimos una milhoja y unas natillas. Son postres caseros muy correctos y sabrosos.