Las ofertas gastronómicas en Sevilla gozan de buena salud y de cuando en cuando conocemos nuevas aperturas de restaurantes que vienen a mejorar en la mayoría de los casos esa buena salud de la hostelería sevillana. Es el caso del restaurante que os queremos recomendar para este mes de noviembre. Se llama El Pan Nuestro.
Es cierto que Sevilla, todavía mantiene un cierto equilibrio entre los restaurantes, que yo llamo de nuevo cuño, es decir aquellos cuya oferta gastronómica es de estilo modernista e innovador y los restaurantes, digamos de viejo cuño, es decir aquellos que sus cartas se basan esencialmente en la comida tradicional, en la comida clásica de la zona.
Las dos son validas y las dos aportan al acervo culinario, en este caso, de la provincia de Sevilla. Después vendrán las preferencias de cada uno, en definitiva lo importante es que existan suficientes propuestas de cada opción. Y el restaurante El Pan Nuestro viene a ampliar las opciones del viejo cuño. Aunque eso sí se encuentra en el interior de un viejo y restaurado edificio situado en el centro de la ciudad, en la antigua y popular Plaza del Pan, actual plaza de Jesús de Pasión.
Precisamente del antiguo nombre de plaza del Pan, toma el suyo este restaurante. En el siglo XVII pasó a conocerse como plaza del Pan, por los múltiples puestos de venta de este producto situados en la misma. Existen múltiples referencias en la literatura a lo largo de la historia de esta plaza y a las actividades comerciales ejercidas en ella. Desde Miguel de Cervantes a principio del siglo XVII hasta Cernuda en el siglo XX..
El restaurante El Pan Nuestro, ocupa un antiguo y restaurado edificio de 1926, de estilo regionalista. Diseñado para la famosa tienda de tejidos Pedro Roldan por el arquitecto José Espiu. En el edificio hay una importante cúpula apuntada revestida de azulejos azules, azulejos que se distribuyen además por otras distintas partes de las fachadas, dando lugar a una vistosa combinación cromática, junto con el empleo del ladrillo rojo. El Pan Nuestro acaba de comenzar su andadura en este emblemático edificio de 1926.
El restaurante se divide en tres zonas: terraza, planta baja y planta alta. La planta baja está pensada para tapear en un ambiente informal, y la superior, destinada a restaurante con carta de raciones para compartir y con capacidad para unas 70 personas. También hay un reservado para unas diez personas y una gran terraza en la Plaza del Pan. La propuesta de diseño es de los propios socios, que han apostado por líneas elegantes, techos tapizados y solería hidráulica. Las mesas de la planta superior están vestidas con mantel en su mayoría. Llama la atención la escalera de caracol que conecta ambas plantas y los detalles decorativos, como el azulejo en la pared de la planta baja o el lienzo de ladrillo visto que hay en el reservado.
Trabajan una cocina tradicional andaluza, con productos de cercanía. También cuentan con diversos cortes de carne española y argentina. Desde solomillo de ternera a chuletón de frisona, tomahawk o entraña a la parrilla con salsa criolla. También secreto ibérico de bellota o presa de paleta de bellota.
Sirven desayunos, ofreciendo opciones clásicas y más actuales. La carta comienza con unos entrantes fríos de chacinas, quesos o ensalada Pan Nuestro, burrata al pesto o salmorejo. En esta primera visita al restaurante nos pedimos un salmorejo y una ensalada Pan Nuestro, que acompañamos con una copa de manzanilla La Gabriela.
Entrantes calientes como las mollejas argentinas de corazón de ternera, morcilla de Ronda, rueda de butifarra el dúo de alcachofas, o la musaka de ternera. Variedad en fritos y algunos guisos como la carrillada ibérica, bacalao con tomate o el arroz del día. Hay pescado de lonja como el rodaballo entero, merluza, chipirones con shitake, calamar de potera, gamba de Huelva y langostinos de Sanlúcar.
El Pan Nuestro destaca por las carnes maduradas (españolas y argentinas) que se pueden ver desde la calle en sus vitrinas. Desde solomillo Angus a chuletón de frisona, tomahawk, ojo de bife AR, entraña a la parrilla, secreto ibérico de bellota o presa de paleta de bellota.
Como plato principal uno pidió merluza y otro un chuletón de frisona Postres artesanos como el arroz con leche, tocino de cielo, torrija de brioche y una selección de tartas (de limón, de queso o de chocolate y dulce de leche). En los postre compartimos una torrija de brioche. La carta de vinos reúne unas 80 referencias que abarcan desde Riojas y Riberas del Duero, espumosos, blancos y generosos. Aunque pocos vinos de la provincia de Sevilla.