Kenneth Earl Burrell, conocido en el mundo profesional del jazz, como Kenny Burrell (31 de julio de 1931. Detroit, Michigan), nació en una de las grandes localidades del blues en los EE.UU. la muy industrial ciudad de Detroit. En su familia todos eran músicos y el ambiente no podía ser mas propicio para un joven que pronto se agarró a la guitarra de su hermano adoptando desde entonces el instrumento de cuerdas. Burrell comenzó a tocar la guitarra a los 12 años y rápidamente cayó bajo la influencia de artistas como Charlie Christian, Django Reinhardt, Oscar Moore, T-Bone Walker y Muddy Waters. Rodeado por la vibrante escena de jazz y blues de Detroit, Burrell comenzó a tocar en la ciudad y contaba entre sus amigos y compañeros de banda con el pianista Tommy Flanagan, los saxofonistas Pepper Adams y Yusef Lateef, el baterista Elvin Jones y otros. En 1951, le llega el primer contrato serio de la mano de un genial trompetista llamado Dizzy Gillespie, que por aquel entonces dirigía un sexteto donde también tocaba el vibrafonista Milt Jackson, y un jovencísimo saxo tenor que años mas tarde revolucionaría el mundo del jazz llamado, John Coltrane. Precisamente con el quinteto de John Coltrane, Kenny Burrell grabaría años mas tarde, en 1958, dos discos de culto en su discografía.
A mediados de los cincuenta, Burrell Interrumpe brevemente su carrera musical para terminar los estudios de guitarra clásica en la «Wayne University» donde termina graduándose en 1955 con un diploma de «Bachelor of Music». Al año siguiente lo llaman para acompañar a Billie Holiday, en un magno concierto en el Carnegie Hall grabado por el sello Verve. Como recompensa a su buen hacer, empieza a ser llamado por diferentes grupos de jazz de distintos estilos. Así toca con los «Jazz Prophets» de Kenny Dorham, con Gene Ammons, y sobre todo con el organista, Jimmie Smith, con quien ha grabado numerosos y espléndidos disco para Blue Note. Pero Kenny Burrell, tiene también una amplia y excepcional discografía como líder de grupo y para los sellos mas prestigiosos como: Prestige, Verve, Cadet o Blue Note.
Ya consolidado en la élite, le sale un dificilísimo competidor en la persona de Wes Montgomery, quien es prácticamente el mejor guitarrista en aquella época. En 1965 graba para Verve, el que es considerado uno de sus mejores discos: «Guitar Forms». Abre un local de jazz al que bautizó como: «The Guitar» y en los años setenta y ochenta viaja por todo el mundo para establecerse definitivamente en la Costa Oeste de los EE.UU. donde vive retirado en la actualidad.