LITERATURA

Septiembre 2003: «El invierno en Lisboa», de Antonio Muñoz Molina.

Título: El invierno en Lisboa.

Autor: Antonio Muñoz Molina.

» Tenía una sumaria dignidad vertical. Más tarde me di cuenta de que yo siempre había notado en él esa cualidad inimitable de quienes viven, aunque no lo sepan, con arreglo a un destino que probablemente les fue fijado en la adolescencia. Después de los treinta años, cuando todo el mundo claudica hacia una decadencia más innoble que la vejez, ellos se afianzan en una extraña juventud a la vez enconada y serena, en una especie de tranquilo y receloso coraje. «

El invierno en Lisboa es una de las mejores novelas de amor y misterio que han aparecido en nuestra literatura. Este libro, que Antonio Muñoz Molina publicó en 1987, está lleno de pasiones -el amor, el jazz, Lisboa- y misterios -el crimen, el robo, la intriga- entremezclados en el mundo subterráneo de los tugurios de jazz, donde los músicos dejan volar sus notas junto a sus sueños frutados, sus desesperanzas, el bourbon, y algún que otro trozo de sus vidas. Una historia de amor entre el pianista Santiago Biralbo y Lucrecia, situada entre las ciudades de Madrid, San Sebastián y Lisboa -por supuesto- acompañada de persecuciones, robos de cuadros e intrigas criminales que se desarrollan a lo largo de la novela con una maestría excepcional y un ritmo que arrastra al lector a no poder apartar el libro de sus manos ni un instante.

Antonio Muñoz Molina consigue en esta obra una descripción escenográfica perfecta en los dos elementos omnipresentes en todo el texto: el jazz -contado de tal manera que el lector es capaz de escuchar esta maravillosa música mientras lee- y Lisboa -ciudad mágica y misteriosa por excelencia, además de bella-. Una obra excepcional que cuenta con 25 ediciones -ahí es nada-, además de ser galardonada con los premios de la Crítica y el Nacional de Literatura, ambos en 1988, y que pertenece, quizás, a la primera etapa más creativa del autor, junto a los libros Beatus Ille, Beltenebros y El jinete polaco.

Esta obra fue llevada al cine en 1990, con la dirección de José A. Zorrilla y teniendo como principal protagonista en el reparto al genio de la trompeta de jazz, Dizzy Gillespie, quien compuso también la banda sonora expresamente para esta cinta, además de contar con la colaboración del autor de la obra en la elaboración del guión.

Sin duda, El invierno en Lisboa es un libro para leer y releer y, si es acompañado de la BSO de la película, y una excelente copa de vino, mejor que mejor. Les aseguro que será una experiencia única e inolvidable.

Disfrutadla.

«En la novela, la experiencia ha sido tamizada por el recuerdo y por la desmemoria, y fecundada por la imaginación, en un proceso que, en gran parte, es inconsciente y que suele durar mucho tiempo.»

Antonio Muñoz Molina nació en Úbeda (Jaén) en 1956. Estudió Periodismo en Madrid y se licenció en Historia del Arte en la Universidad de Granada, ciudad donde vivió hasta el año 1974. Posteriormente se trasladó a Madrid, donde vive actualmente.

Sus primeras publicaciones fueron artículos periodísticos, que reunió en los volúmenes de El Robisón urbano (1984) y Diario del Nautilus (1985). Publicó el libro de relatos Nada del otro mundo (1993), y el ensayo Córdoba de los Omeya (1991).

Su primera novela fue Beatus Ille (1986), que obtuvo el premio Ícaro. Sus siguientes novelas fueron El invierno en Lisboa (1987), que recibió el premio de la Crítica y el Nacional de Literatura, ambos en 1988, y Beltenebros (1989). Con El jinete polaco ganó en 1991 el premio Planeta y, nuevamente, el premio Nacional de Literatura en 1992. Ha publicado también, entre otros, Los misterios de Madrid (1992), El dueño del secreto (1994), Ardor guerrero (1995), Plenilunio (1997), Sefarad y En ausencia de Blanca (2001).

Sus obras siempre han sido objeto de deseo de los cineastas; así en tres ocasiones se han convertido en películas. En 1990 se llevaron a la gran pantalla El invierno en Lisboa, por José A. Zorrilla, y Beltenebros, por Pilar Miró, y en el 2000, Plenilunio vio la luz de la mano de Imanol Uribe.

Desde 1995 es miembro de la Real Academia de la Lengua Española, ocupando el sillón «u» (minúscula), convirtiéndose en el miembro más joven. Su discurso de ingreso, en junio de 1996, trató sobre el escritor Max Aub, muerto en el exilio en México. Sin duda, uno de los mejores escritores actuales que, a su juventud, dispone ya de una extensa obra y de una altísima calidad y al que podemos disfrutar, además de en sus libros, en sus colaboraciones que semanalmente aparecen en el suplemento editado por el diario El País.

Para aquellos que quieran profundizar en el análisis de su obra, es recomendable la publicación de la Universidad de Jaén, 1999, «La novelística de Antonio Muñoz Molina: sociedad civil y literatura lúdica», del autor Salvador A. Oropesa.

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