JAZZ

La expansión.

A finales de los años cincuenta, comienza de manera creciente a florecer las tendencias contemporáneas mas avanzadas con un virtuosismo impresionante. Ejemplo de ello es la portada que diseña Burt Goldblatt en el álbum: «Piano Stylings» donde el artista acumula y superpone un bosque de manos buscando un imaginario piano.

Con el modernismo llegaron conceptos experimentales en busca de nuevas sensaciones a través de primerísimos planos, transparencias, o tonalidades oscuras hasta el limite de los admisible. Obsérvese, la portada de un saxo alto fotografiado con la técnica de Rayos X para Bethlehem del saxofonista alto Charlie Mariano.

No todos los sellos informaban sobre el autor de las portadas quedando muchos de ellos en el anonimato como el diseñador de ésta creativa portada para Columbia del dúo de trombonistas Kai Winding y J. J. Johnson.  Imaginativa solución con tipografías de palo seco y con gran economía de recursos.

Otro diseñador que se adaptó con mucha habilidad a las exigencias de los nuevos tiempos fue Paul Bacon. Creó para Riverside varias cubiertas con un lugar propio en la historia del diseño discográfico como ésta dedicada a un disco de Sonny Rollins. La pintura moderna está presente.

No faltan en ésta breve historia del diseño gráfico del disco de jazz la aportación de artistas femeninos. Una de de las más importantes fue Pauline Annon quien se firmó éste excelente trabajo para un disco del pianista Hampton Hawes. Destaca la poética composición secuencial del dibujo.

Las diferencias de estilo entre la Costa Oeste y la Costa Este no se ceñían a la música, también en el  diseño las diferencias eran sustanciales. Alegre y colorista el del Oeste, adusto y contundente el del Este. La excepción fue el diseñador Woody Woodward, con ésta contundente portada.

Un hito importante en el diseño del disco de jazz fue la aportación de algunos ilustres dibujantes adscritos a otras expresiones artísticas. Es el caso del extraordinario ilustrador Andy Warhol, conocido como el rey del pop art. Warhol realizó varias  portadas para Blue Note, entre ellas estas que traemos a ésta sección. En ambas el refinamiento y la gracia de sus dibujos son  espectaculares. Lamentablemente, Warhol, aunque siguió dibujando para cubiertas de discos, se dedicó a artistas mas populares como fueron, entre entre otros los Rolling Stones.

Si en la Costa Este el sello representativo de ése estilo diferenciador  era Blue Note (véase como ejemplo las portadas de cabecera de ésta página y la última dedicada a Dexter Gordon); en la Costa Oeste era Contemporary quien representaba el modelo opuesto.  Fueron el diseñador Robert Guidi y el fotógrafo William Claxton, los pioneros de ése estilo efervescente de representar la música de jazz. Es lógico que Sonny Rollins se sintiera incomodo cuando Claxton lo retrató, saxofón en ristre a modo de rifle, como una especie de pistolero-vaquero que para nada iba con su carácter, pero esa portada rompió moldes con todo lo anterior. Otro bonito ejemplo es la  dinámica composición hecha para la portada de Chico Hamilton.

Para terminar éste pequeño resumen hay que referirse obligatoriamente a la aportación del diseñador Reid Miles, quien recogió el testigo en la Blue Note de John Hermansader. Miles fue entre 1956 y 1967, el principal responsable de la imagen del legendario sello azul. Utilizando los bitonos, seccionando si era preciso las imágenes de los músicos, reducirlas incluso al tamaño de un sello de correo y sobre todo su aportación mas valiosa: su inagotable creatividad tipográfica que le convirtió en un adelantado a su tiempo. Bastaría echar un vistazo a cualquiera de sus portadas para el saxofonista alto Jackie McLean (entre las que se encuentran «Let Freedom Ring») para comprobar como Reid Miles era capaza de convertir una portada discográfica en una obra de arte moderna, con sólo utilizar la tipografía correcta en cada momento. «Go» de Dexter Gordon es otra maravillosa portada creada por ése genio del diseño llamado Reid Miles.

El Legado Europeo Llega la Fotografía La Expansión La Cima y la Sima
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