GASTRONOMÍA

Julio 2011- El Caracol – Bar César.

Rutas Gastronómicas por los barrios de Sevilla: Ronda del Tamarguillo – Marques de Pickman.
Calle Clemente Hidalfo, 132. 41005 Sevilla.
Relación calidad-precio:

Presentación:

Cocina: 

Servicio:

Tapa destacada: Caracoles.

Otras tapas: No hay.

Mala   Aceptable   Buena   Muy Buena   Excelente

 

El Caracol no es un bar, aunque lo parezca; tampoco es una cervecería, aunque se anuncie así; el caracol tampoco es una taberna, aunque tenga pinta de ella. ¿Que es El Caracol entonces? La respuesta es fácil: Es un despacho de caracoles ya guisados. EL Caracol es un singular establecimiento que se dedica, exclusivamente, a despachar caracoles al por menor, ya guisados y a precios muy competitivos. Antiguamente el establecimiento era la Cervecería El Caracol, un bar como otro cualquiera aunque eso si, con una tradición caracolera muy grande en su entorno. Ahora César, su propietario y el hombre que lleva desde 1982 haciendo los caracoles, antes en el bar y ahora en el despacho, ha tenido que recortar el toldo que daba nombre a su antiguo establecimiento para adaptarlo a la nueva situación.

Encontramos este singular establecimiento una mañana muy calurosa del mes de Junio y nuestra sorpresa fue mayúscula cuando al ir a pedir un par de cervezas nos encontramos con la negativa del dependiente: «Esto no es un bar caballero» ¡Aquí solo se despachan caracoles para la calle!. Nos quedamos atónitos al comprobar que estábamos en un sitio diferente a todos los demás.

Sabíamos que en Sevilla, como en cualquier ciudad del mundo hay panaderías, carnicerías, tiendas de ultramarinos, churrerías, pescaderías etc, pero una tienda donde se despache el caracol ya guisado, no lo hemos encontrado en ningún otro sitio.

Una vez enterados, entablamos conversación con César, el hombre que regenta el negocio ahora y que antes regentaba el bar. César con mucha amabilidad nos explicó el porqué de aquel cambio radical y el secreto del éxito de un negocio que solo está abierto en temporada de caracoles y está cerrado el resto del año. Nuestro amigo César se llama en realidad, Manuel Orozco, pero en el barrio todos lo conocen por César, como así reza el propio cartel anunciador de la Cruzcampo colgado en la fachada. Nos explica que guisa diariamente unas 10 o 12 ollas de caracoles, lo que viene a ser alrededor de 120 Kg. de caracoles diarios que se reparten, tarrina a tarrina, entre los vecinos del barrio dada la fama que tienen. Esta singular historia tiene final feliz, puesto que César hizo una excepción con nosotros y pudimos probar insitu la calidad de sus caracoles. Magníficos.

 

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