Del mismo modo que Thelonious Monk, acertó a iluminar la escena del jazz moderno a través de composiciones no sujetas a modelo concreto alguno, Bud Powell (Nueva York, 27 de septiembre de 1924 – Nueva York, 31 de julio de 1966), dictó las claves fundamentales del nuevo lenguaje pianístico sin necesidad de asirse a referencias palpables. Todavía hoy en día, constituye la cumbre técnica insuperada del piano «bebop» y se le recuerda como el músico mas influyente de este movimiento, después de Charlie Parker, pero por delante de todos los demás, Dizzy Gillespie, incluido.
Su infancia estuvo saturada de música, su hermano mayor tocaba profesionalmente la trompeta y el violín y su abuelo, Zachary, fue el mejor guitarrista flamenco de Estados Unidos. Su padre, pianista adscrito al estilo «stride» apoyó su temprana vocación y le dio las primeras clases. Su progreso fue espectacular y en aquellas fechas, era frecuente verle interpretar junto a su amigo, Elmo Hope, composiciones de Bach y otros clásicos. No fue hasta 1939, cuando Powell, consiguió su primer contrato importante con los «Sunset Royals» de la cantante, Valaida Snnow, y en 1939 grabó su primer disco titulado «Reverse The Changers» para el sello «Duke» y bajo el liderazgo del saxofonista, Frank Sokolov.
No fue hasta 1944, cuando animado por Thelonious Monk, ingresó en la orquesta de Cootie Williams y grabó un solo muy breve sobre «Blue Garden Blues», primera muestra real de su colosal talento. Ese mismo año sufrió su primera detención por escándalo publico y al años siguiente recibió una brutal paliza de la policía de Philadelphia que presumiblemente lo dejó tocado para siempre. Sus trastornos psíquicos se reprodujeron y fue enviado a un Hospital Psiquiátrico de Long Island. En 1946, recuperado, se incorporó al pequeño combo del contrabajista, John Kirby y la casualidad hizo que esa pequeña formación fuera contratada en el Minton’s Playhouse de Harlem, el «templo» del bebop donde Powell entró en contacto con la plana mayor de aquel movimiento, lo que le permitió participar entre 1946 y 1947 en un buen numero de jam sessions con Dexter Gordon, Jay Jay Johnson, Sonny Stitt, Kenny Clarke y Sarah Vaughan, entre otros.
Su debut como líder se produjo el 10 de enero de 1947 para el pequeño sello «Three Deuces», y en mayo de ese año, grabó el único registro en estudio para la Savoy con Charlie Parker. Un largo paréntesis de dos años, consumidos en su mayor parte internado en el «Creedmore Sanatorium», donde llegó incluso a recibir tratamiento de electrochoque, dio paso, paradójicamente, a su periodo mas fértil y artístico. A partir del 8 de agosto de 1949, bajo la supervisión de Alfred Lion y Francis Wolf, Bud Powell, dejó en las arcas del sello Blue Note, otra visión del pianismo moderno perfectamente compatible con la que apenas dos años antes había aportado, Thelonious Monk. Nuevamente ingresado durante diecisiete meses en en otro Hospital Psiquiátrico, cuando en febrero de 1953, recibió el alta, formo un trío estable con el contrabajista, George Duvivier y el batería, Art Taylor.
El 15 de mayo de 1953, se produce un hecho histórico en la vida profesional de Bud Powell. Junto a Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Charles Mingus y Max Roach, participó en un multitudinario concierto celebrado en el Massey Hall de Toronto en Canadá, considerado el canto del cisne del bebop y quizás el mejor concierto de jazz de todos los tiempos. A partir de entonces, Powell, comenzó a entrar en una fase de profundo deterioro mental casi irreversible, pero en 1956 realizó un gira por Europa junto a Miles Davis, Lester Young y el Modern Jazz Quartet de Milt Jackson. Repitió visita al viejo continente en 1959, pero esta vez se quedó cinco años. Le acompañó Altevia Edwards, mas conocida como «Buttercup» y eligió Paris como lugar de residencia.
Recibido con los honores de un grande del jazz, formó un trío regular conocido como los «Three Bosses» con el contrabajista, Pierre Michelot y el baterista, Kenny Clarke, que fueron la principal atracción del club parisino, «Blue Note». Fue un periodo de su vida importante gracias al cuidado que le proporcionó, Francis Paudras, un extraordinario aficionado al jazz y posterior autor de la biografía de Powell «The Dance Of The Infidels». Pero aquejado de tuberculosis aguda, incapaz de dejar la bebida, y nostálgico de New York, Bud Powell, regresó a los Estados Unidos. Su reaparición en el mítico «Birdland» provocaron uno de los momentos dulces de su carrera. Siete minutos de ininterrumpido aplauso demostraron que sus incondicionales no le habían olvidado, pero aquélla reaparición fue un cruel espejismo. Sus dos últimos años los pasó en un apartamento de Brooklyn acompañado por su hija Celia.
Ya casia al final de su vida, participó en 1965 en sendos conciertos celebrados en el Town Hall y en el Carnegie Hall, este ultimo en homenaje al décimo aniversario del fallecimiento de Charlie Parker, pero el 31 de julio de 1966 falleció en el «Kings County Hospital» de Brooklyn. Más de cinco mil personas se echaron a la calle espontáneamente para homenajearle y en su entierro, Barry Harris y Lee Morgan, tocaron en su honor. Como decía Francis Paudras: «…. Bud Powell tenía dos personalidades. Una le impulsaba a luchar y superar sus problemas, para tocar y crear música. La otra le arrastraba a la autodestrucción, a la falta absoluta de respeto hacia si mismo y esta ultima ganaría la partida».
En 1986, el Director de cine francés, Bertrand Tavernier, produjo una extraordinaria película que recoge con absoluta pulcritud y fidelidad la etapa parisina de Bud Powell. Su película: «Round Midnight», interpretada en su papel estelar por el saxofonista, Dexter Gordon, es una de las grandes películas relacionada con el jazz.