Del saxofonista, Stan Getz, (Filadelfia, 2 de febrero de 1927-Malibú, de California, 6 de junio de 1991), ya dijo en su famoso libro: «El jazz, de los orígenes a nuestros días», el famoso critico, Joachim E. Berendt, en los años cincuenta a propósito de este músico: «…Es un virtuoso que puede tocar lo que sea posible con un saxo tenor».
Y en efecto, estamos ante uno de esos músicos que consiguen un dominio absoluto de su instrumento poniéndolo al servicio de una inspiración creativa, permanentemente renovada y casi sin limites. Pero también Stan Getz, es uno de los más originales estilistas de toda la historia del jazz y que para muchos es considerado uno de los cinco saxofonistas tenores verdaderamente revolucionarios en la historia de esta música.
Con capacidad para producir emotividad sonora, sugerente en las baladas y creativo y espléndido en los tiempos rápidos, su arte estuvo influenciado en la forma de tocar de Charlie Parker por un lado – el mensaje de Bird caló hondo en Stan Getz- , y en las maneras relajadas y fluidas del saxo de Lester Young. Su infancia se desarrolló en el barrio neoyorquino del Bronx adonde sus padres emigraron desde la Filadelfia natal en 1931, recién cumplidos los cuatro años.
A los quince años debutó como músico profesional en la orquesta de Dick Rogers y durante nueve largos años estuvo sucesivamente en una decena de bigbands en permanente aprendizaje, entre ellas, las de Jack Teagarden, Jimmy Dorsey, o incluso la del «rey del swing», Benny Goodman, con quien grabaría sus primeros solos en disco. Se trasladó a la Costa Oeste americana donde logró formar su propio trío con el que actuó en en el «Swing Club» de Hollywood.
En 1947 y después de un largo periodo actuando en pequeñas formaciones, el director de orquesta, Woody Herman, los contrató a todos para su orquesta y así fue como Stan Getz, entra formar parte de una de las mejores bandas de jazz de la historia, y con ella, fue fundamental en el advenimiento del llamado «cool jazz», especialmente cuando un año mas tarde, en diciembre de 1948, grabó su histórico solo en «Early Autumn». De la noche a la mañana, su nombre saltó a la fama internacional, le pusieron el sobrenombre de «The Sound» y decenas de saxofonistas se lanzaron desaforadamente a tratar de imitarlo. Cuando dejó la orquesta de Woody Herman en 1949, su carrera ya era imparable y se adentró en la década siguiente cubierto de popularidad.
En 1952 fichó como tantas otras estrellas del jazz por la organización de Norman Granz, donde recorrió medio mundo tocando el saxo. En aquel periodo tuvo sus primeros problemas con las drogas, pero consiguió desintoxicarse en Suecia donde permaneció alternando su presencia con otro país donde lo veneraban: Dinamarca. Cuando regresó a EE.UU., comprobó que la estrella de John Coltrane, brillaba con luz propia en el escenario musical del jazz y del saxo tenor, pero no se inmutó. Su respuesta fue la grabación de una obra maestra con su álbum grabado para Verve en 1961 titulado «Focus».
Pero lo que realmente le devolvió a la primera fila de la actualidad jazzística fue su viraje hacia los ritmos sudamericanos cuando grabó en 1962 junto al guitarrista, Charlie Bird, el disco de bossa nova «Jazz Samba», aunque todavía fue mejor y mas logrado el grabado el año siguiente con Gilberto, el guitarrista brasileño y que titulo «Getz/Gilberto» también para Verve. Sin embargo, Stan Getz, no se dejó cautivar por los cantos de sirenas y el era sobretodo, un jazzman de los pies a la cabeza y por su grupo de los años sesenta pasaron futuras grandes generaciones de músicos como Chick Corea o Gary Burton. Los años setenta y ochenta se los pasó grabando infinidad de discos con una calidad alta y sólo interrumpió su trabajo en 1988 cuando le diagnosticaron un cáncer de hígado. Murió tres años después, el 6 de junio de 1991.