El jazz grabado de principios del siglo XX, se hacía habitualmente en pequeñas placas de vinilo que sustituyeron a los cilindros de cera líquida inventado por Thomas Alba Edison en 1887. No fue hasta 1902, cuando Enrico Caruso, el gran tenor italiano, fue el primer cantante de la historia en grabar un disco de vinilo su disco “Vesti la Giubba”. Un avance que revolucionó todas las anteriores técnicas de grabación.
Hacia 1917, cuando se tiene constancia de la primera grabación de un discos de jazz a cargo de la «Original Dixie Jass Band» (así con dos eses), las grabaciones solo duraban dos o tres minutos, y las placas se distribuían como “singles” grabadas por las dos caras. Hasta que no llegó la “revolución” del llamado «Long Play», o vinilo de larga duración, un avance técnico cualitativo, tanto por la calidad de la grabación, que pasó de ser monoaural a estereofónico, como por terminar con la limitación del tiempo de grabación de las técnicas anteriores.
Esta introducción viene a cuento, porque las primeras grabaciones de jazz y blues de principios del siglo XX, se realizaron, casi todas, en pequeños formatos de 10 y 12 pulgadas. Con la llegada, en 1930, del vinilo de larga duración, a cargo de la compañía «RCA-Víctor», las casas discográficas más longevas —Columbia-Víctor-RCA, etc.), comenzaron a «recopilar» en vinilos de larga duración la música que ya se había grabado en las tres primeras décadas del siglo XX, por distintos, artistas (músicos, cantantes, grupos y orquestas), en esos años de limitación técnica. Nació así el disco recopilatorio, que fue muy popular a mediados del siglo XX, y que hoy, ya está en desuso.
Aquí os muestro las recopilaciones de esos músicos de jazz, que forman parte de mi colección, y en el que intervienen distintos músicos. Asimismo, algunos de estos discos, son conciertos grabados en festivales o teatros donde el programa reÚne a varios artistas.