Yacimientos como L’Alt de Benimaquía (Alicante), Cancho Roano (Badajoz) y Los Villares y La Quéjola, ambos en la provincia de Albacete. Todos ellos permiten hoy defender la existencia de una “cultura del vino” en aquellos primeros momentos (ss. VIII-IV a.C) legitimada por creencias religiosas orientales, a la vez que cargadas de un profundo valor ideológico asociado al poder. (Sebastián Celestino y Juan Blázquez en Origen y desarrollo del cultivo del vino en el Mediterráneo: La Península Ibérica. 2007).
El santuario de Cancho Roano en Badajoz es un claro ejemplo del carácter sagrado del vino entre aquellas poblaciones. Hoy, afortunadamente el vino es un alimento destinado principalmente a satisfacer nuestros paladares y por consiguiente es un producto sociabilizado.
De cualquier forma siempre es interesante y yo diría que necesario para los amantes y aficionados al mundo del vino, recorrer y visitar, aquellos lugares donde se conserva parte de su historia, ya sean yacimientos arqueológicos, museos o centros de interpretación del vino. Y en Extremadura, «haberlos, haylos».
Museo de las Ciencias del vino. Almendralejo | Museo del vino- Bodegas Medina. Zafra | Museo del vino – Bodegas Viña Extremeña. Almendralejo |