Ciertamente España es tierra de vinos. Es difícil encontrar un rincón de nuestra geografía que no se cultive la viña y que de su mosto se obtenga ese mayestático caldo que es el vino. Desde la ley de la viña y el vino del año 2003 se ha regulado el sistema de protección del origen y calidad de los vinos en nuestro País, una especie de lo que modernamente se denomina «trazabilidad», pero que yo prefiero llamar, como hacían los romanos «El Cursus Honorus» de los vinos.
Así los vinos elaborados en España podrán acogerse, a los niveles de : 1º Vinos de mesa. 2º Vinos de mesa con derecho a la mención tradicional de «Vino de la tierra». 3º vinos de calidad producidos en región determinada (v.c.p.r.d.) con indicación geográfica. 4º Vinos con denominación de origen. 5º Vinos con D.O. Calificada y 6º Vinos de Pagos.
Sin duda España es tierra de vinos, fruto de la sabiduría y el esfuerzo de sus hombres y mujeres como se muestra en está representación tan colorista en acuarela de la Vendimia.