Sí como parece cierto y hasta ahora así lo evidencias los registros arqueológicos, palinológicos y carpológicos, entre otros, el consumo y sobre todo la elaboración del vino en nuestra Península llego desde el Mediterráneo Oriental, resulta pues evidente que esto se produjo en primer lugar, en el sur de la península, es decir en Andalucía.
Ello no quita, que anteriormente a esa llegada de la producción del vino del próximo oriente, en nuestro País al igual que en resto de Europa y por supuesto en Andalucía, existieran plantas de la vitis vinifera L. sylvestris y que existen pruebas carpólogicas de diferentes yacimientos paleolíticos que sirven para avalar la existencia de un consumo humano de las bayas tanto en la época cazadora – recolectora, como en el neolítico y el calcolítico.
Aunque queda mucho por estudiar e investigar sobre el origen de la vid y el vino, no es menos cierto que los estudios sistemáticos y multidisciplinares sobre este origen cuenta ya desde 1992 con la Unidad de Investigación sobre el Origen de la Vid y el Vino (ORVE), por parte de la Office International de la Vigne et le Vin (OIV). En Andalucía la existencia y proliferación de Museos y Centros de interpretación de la vid y el vino, son una buena herramienta para acercarnos mas a ese conocimiento y sobre todo a apreciar mas y mejor los valores del vino.