Hacia tiempo que quería viajar al norte de nuestro País, mas concretamente al país vasco, para recomendaros uno de sus vinos, y en este mes de febrero he encontrado la ocasión oportuna para indagar en la vitivinicultura de esta zona geográfica.
En el último tercio del siglo pasado tuve la ocasión de conocer y degustar los vinos locales de Bizkaia: los txacolis, y sinceramente no me gustaron, eran unos vinos muy poco agradecidos, ásperos y muy ácidos, pero eran, digamos, lo típico para chatear por los bares y tabernas de Bilbao y San Sebastián. Una buena ocasión, también para probar sus deliciosos y elaborados pintxos.
Pero a principios de la pasada década tuve de nuevo la ocasión de degustar este particular vino, tan identificativo de esta región vitivinícola como la compuesta por la Denominación de origen Bizkaiko Txacolina, Arabako Txacolina y Getariko Txakoina. Y la verdad nada que ver estos «nuevos» vinos con los que probé en mi juventud, estos si son unos auténticos vinos de calidad. .De las tres denominaciones de origen la mas antigua en conformarse fue la de Getariko, seguida de la de Bizkaiko y por último la de Arabako.
En esta ocasión el vino que os vamos a recomendar para este mes de febrero es de la D.O. Bizkaico Txacolina. Una Denominación se creo en el 1994, recogiendo así una larga tradición en la elaboración de este tipo de vinos, desde la baja edad media. Ya las ordenanzas locales de Bilbao en 1399 y las de Portugalete en 1495, protegían fuertemente los viñedos plantados. Las uvas autorizadas son en blancas: la Hondarrabi Zuri y la Folle Blanche, también conocida con el nombre de Mune Mahatsa, que ha sido incluida hace pocos años y en tintas: la Hondarrabi Beltza. Estos nombres parecen indicar que son originarias de Hondarribia, en todo caso son cepas aportadas por el Camino de Santiago, emparentadas la blanca con la Courbu y la tinta con la Cabernet Franc. Se cultivan siempre en forma de parral o espaldera, para alejar sus preciados frutos de la humedad del suelo. La recolección suele ser tardía, las fechas más habituales son las de la primera quincena de octubre.
Gorka Izagirre. 2022; es un vino blanco representante de los modernos txakolis de Bizkaia, Gorka Izagirre está formado por el ensamblaje al 50% de la variedades autóctonas Hondarrabi Zuri y Hondarrabi Zerratia, obtenidas de 30 hectáreas de viñedo que se cultivan con mimo, en 10 parcelas repartidas en 3 valles, cada uno de ellos, con diferentes características de suelos, altitudes y microclimas. El mosto fermenta en una tina de roble francés de 5.000 litros de capacidad, donde, tras convertirse en vino, se cría con sus lías finas. Se batonea durante 10 meses de forma diaria hasta alcanzar la conjunción de fruta, madera y lías deseada, para después pasar a madurar en botella durante largos meses.
Una elaboración diferenciada de cada parcela, permite extraer todo su potencial con el fin de lograr las piezas perfectas que ensamblan un vino fresco, alegre, aromático pero con un cuerpo y estructura que sorprende al tomarlo. Un vino con personalidad propia, refinado y con cuerpo que combina a la perfección con los platos más variados
Hondarrabi Zuri es el nombre de la uva principal para la elaboración del Txakoli, el vino blanco autóctono del País Vasco. Una uva muy bien adaptada al clima marítimo y fresco de la zona, apta para elaborar vinos jóvenes y también de mayor complejidad. Una uva casi exclusiva de esta zona y con una historia peculiar. Una teoría muy extendida explica que originariamente era una uva de la zona de Madiran y Juranson y que fue introducida en el país a través del pueblo de Hondarribia (y de ahí su nombre),
Bonito color amarillo pajizo, con reflejos verdes e irisaciones metálicas. En nariz combina una base de fresca manzana con el herbáceo de los helechos con matices de flor blanca (Tilo) y un sutil toque cítrico. Su paso por boca s redondo, glicérico, desplegando una ligera sensación de fruta, con un final de fruto seco ligeramente amargo perfectamente integrado en el conjunto
En 2005, con miras a revitalizar la cultura enogastronómica en Bizkaia, Eneko Atxa y su tío Gorka Izagirre diseñaron un proyecto singular uniendo la alta cocina y el mundo del vino, convirtiéndose así en referentes de ambos sectores. El objetivo de la bodega liderada hoy por Bertol Izagirre y su enólogo José Ramón Calvo es crear txakoli y vinos de calidad que reflejen la identidad de unas variedades únicas en el mundo y su entorno: Bizkaia.
La Bodega como herramienta al servicio del viñedo. En Gorka Izagirre trabajan con uvas excelentes, tratadas en la bodega con el mismo mimo que en el viñedo. La bodega diseñada con la mejor tecnología enológica y teniendo en cuenta la distribución de los viñedos, permite elaborar cada parcela por separado y revelar todo el potencial de la uva.