Con este vino que recomendamos para este mes de marzo, nos gustaría homenajear a María Isabel Mijares, fallecida el pasado mes de febrero. María Isabel Mijares y García-Pelayo; nacida en Mérida (Badajoz). Licenciada en Química por la Universidad de Madrid, y diplomada en Enología y Degustación de Vinos en la Universidad de Bordeaux, Francia.
Fue alumna de Emile Peynaud y de Jean Riberau Gayon y Pascal Ribereau Gayon (padres de la enología moderna). Tenía en su haber un prolijo currículo, miembro de la Academia Española de Gastronomía y Chevalier de la Orden del Mérito Agrícola del Gobierno de Francia. Ha participado en importantes proyectos vitivinícolas de la ONU, y ha escrito infinidad de artículos relacionados con el mundo del vino, así como un amplio repertorio bibliográfico, entre los que destaca «El Vino; de la cepa a la copa».
María Isabel Mijares dedica gran parte de su vida a difundir por Europa e Hispanoamérica la cultura del vino, posee un extraordinario entusiasmo y una gran capacidad para transmitir su pasión y amor por el vino y por todo aquello que le rodea. De ella dijo su profesor E. Peynaud que «su personalidad, su capacidad de trabajo y su amenidad» fueron las claves para su integración en un mundo tan complejo como es el de la investigación.
Apoloybaco, tuvo ocasión de conocerla y compartir con ella sus conocimientos y su generosidad en los distintos Concursos Internacionales del vino y los espirituosos (CINVE) que se celebraron en Sevilla. Una mujer pionera, la primera enóloga española, en un mundo muy masculinizado, que supo combatir gracias a su personalidad y empoderamiento como mujer. Sólo nos queda desearle que la tierra le sea leve.
Alén da Istoria rinde homenaje a las historias que contaban desde siempre al calor del fuego de la noche en los hogares del Ribeiro, un tributo a ir “alén” – más allá de lo conocido- para conseguir extraer los mejores sabores para el paladar. Este vino nos acerca a los nuevos tintos del Ribeiro, una evolución muy mejorada de la larga tradición de estos vinos gallegos., elaborado con variedades autóctonas cultivadas desde hace siglos en las laderas de los valles de los ríos Miño, Avia y Arnoia.
Nace, pues, de la memoria de los grandes tintos del Ribeiro gracias a la recuperación de las variedades autóctonas más emblemáticas como el Sousón, Caiño Ferrón y Mencia. Un coupage que da lugar a un tinto lleno de matices de frutos del bosque y con la mineralidad de los valles de Miño.
La Denominación de origen Ribeiro es la mas antigua de Galicia y una de las mas antiguas de todo el territorio español, ya en las ordenanzas de 1594 de Ribadavia aparecen artículos para la protección de la producción y venta del Ribeiro. En 1932 quedo protegida la Denominación de Origen Ribero aunque su primer reglamento es de 1957. En la actualidad ocupa una superficie de mas de 2.600 hectáreas de viñedos pertenecientes a los municipios de Ribadavia, Arnoia, Castrelo de Miño, Carballeda de Avia, Leiro, Cenlle, Beade, Punxín y Cortegada, y por varias parroquias de los Ayuntamientos de Carballiño, Boborás, Ourense, Toén y San Amaro. se cultivan preferentemente en blancas la Treixadura, seguida de Loureira, Torrentés, Albariño, Albilla, Godello y las foráneas Macabeo y Palomino. En tintas la preferente es la Caiño, complementadas por la Ferrón, Sousón, Brancellao, Mencía, Garnacha y Tempranillo. Las vides se elevan para que el fruto no este en contacto con el suelo. Sus vinos blancos, que son lo de mayor producción.
Alén da Istotia; presenta un clor rojo guinda con ribetes violáceos. En nariz nos muestra un aroma afrutado intenso, con notas de frutos del bosque, moras frambuesas y matices balsámicos. Sabroso en boca, con carácter fresco, equilibrado y con postgusto largo.
Bodega Viña Costeira; sus vinos están enmarcados en la denominación de origen Ribeiro. Su diversidad de varietales es una de las riquezas que la historia otorgó al Ribeiro. Las distintas cepas contribuyen a que el paisaje de la comarca no sea un uniforme monocultivo, sino un tapiz sorprendente, cuya riqueza aporta al vino increíbles combinaciones de matices y aromas. Treixadura, Torrontés, Loureira, Lado, Albariño y Godello son las grandes variedades de uva autóctonas que intervienen en la elaboración de los blancos y de ellas toman su frescura, su cuerpo y sus aromas. Caiño, Brancellao, Sousón, Ferrón y Mencía son las protagonistas de los tintos, sabrosos y de creciente calidad.
Los viñedos están repartidos por toda la comarca del Ribeiro, en un valle formado por los ríos Miño y sus afluentes Avia y Arnoia, una situación privilegiada que favorece el cultivo de las viñas, al contar con unas condiciones climatológicas ideales. Los suelos, de origen granítico y orientación sur, están dispuestos en “costeiras”, el nombre que históricamente se daba a las mejores laderas expuestas al sol, donde se cultivan las mejores uvas. Además, se trata de un territorio donde los manantiales termales suponen un gran diferencial.